
Qué quiere el «luquismo». Son fuentes confiables que aportan datos para interpretar cuál es la tragedia que atraviesa Nuevo Encuentro. Y aunque emergió de la Alianza para enfrentar y ganarle al menemismo, luego de la crisis y caída del ex Presidente Fernando de La Rúa el 20 de diciembre de 2001, de todos modos logró hegemonizar Morón.
Qué quiere el «luquismo». Desde hace 25 años Nuevo Encuentro gobierna Morón. Luego del menemista Juan Carlos Rousselot, destituido por última vez en 1998, Martín Sabbatella se presenta como candidato a intendente en 1999 y le gana por diez puntos al sucesor del locutor, Guillermo Crespo. Pese a esta narrativa, le gana a todo un aparato peronista vetusto. A un menemduhaldismo caracterizado por la impunidad.
Por Andrés Llinares
Martín Sabbatella gana en 1999, en 2003 y en 2007, excepto que en esta última elección lleva bajo el brazo una estrategia: a Lucas Ghi como primer candidato a concejal, o sea, como vice intendente. ¿Cuál era el plan? Martín Sabbatella renunciaría o pediría licencia en 2009 porque se presentaría como diputado nacional, asumiría Lucas Ghi el Poder Ejecutivo, lograría instalarse y renovar el cargo en 2011.
¿De dónde surge la idea de que Martín Sabbatella podía ser candidato a diputado nacional, ganar y dejar la intendencia? De los resultados legislativos de 2005. Lo votos que obtiene Nuevo Encuentro en Morón, Hurlingham, Ituzaingó y Merlo y el resto de los distritos bonaerenses donde presentan boleta, le sobran para ganar una banca y llegar al Congreso.
Y así ocurre. Llegan las legislativas de 2009, Martín Sabbatella conforma una alianza con Hugo Yasky, hasta entonces indiscutible líder de la CTA y Jorge Ceballos, entonces máximo referente del incipiente Libres del Sur.
Martín Sabbatella lidera la lista como primer diputado nacional y en la alianza con Yasky y Ceballos reúne los votos para dos diputados nacionales. Finalmente Martín Sabbatella, el pibe que en 1987 había tomado el Concejo Deliberante para lograr que se aprobara el Boleto Estudiantil, llega a diputado nacional en 2009 (con mandato hasta el 2013) con su propio partido.
En diciembre de 2009, Martín Sabbatella deja la intendencia en un acto impactante en Plaza General San Martín, y asume Lucas Ghi que rápidamente también se gana el favor de la gente por su manera de actuar: nunca pierde la calma y nunca esconde la mugre bajo la alfombra.
Lucas Ghi se presenta a la reelección en 2011, gana y gana bien. Mientras, Martin Sabbatella se empieza a involucrar más con la reelecta Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, al punto que el 1 de octubre de 2012 lo nombra titular del AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual).
Todo marcha según lo planeado excepto por una parte del electorado moronense que en 1999 votó contra la corrupción y la impunidad del menemduhaldismo y revalidó ese voto en 2003. Sin embargo, Lucas Ghi logró sortear esos roces con un discurso menos ideológico y más vecinalista.
Pero en 2013 se da una escisión y Sergio Massa arma el Frente Renovador y arrasa en la Provincia de Buenos Aires. Se perfila candidato a a Presidente de la Nación y comienza a darle forma a una alianza con los gobernadores para desalojar del poder a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner (que ya no tenía reelección) y al kirchnerismo.
Al año siguiente, el cimbronazo se siente en Morón. En 2014, Lucas Ghi, que se presentaría a la reelección, dice que se baja de la reelección. No hay una explicación oficial. Sólo se baja. Lo que hay a partir de acá son interpretaciones.
Lo cierto es que por una cuestión de apellido, o sea: para no instalar un nombre, lo reemplaza como candidato a intendente Hernán Sabbatella y un hombre fuerte del PRO ya instalado en Morón como concejal: Ramiro Tagliaferro.
En 2015, chocan Hernán Sabbatella y Ramiro Tagliaferro y gana éste último. Nuevo Encuentro había gobernado Morón entre 1999 y 2015, por lo tanto entra en crisis. Pese a la crisis, logra salir adelante, se reorganiza y, la verdad sea dicha, lo van a buscar a Lucas Ghi para que vuelva a ser candidato a intendente.
Hay reuniones y reuniones hasta que finalmente Martín Sabbbatella y Lucas Ghi se ponen de acuerdo. ¿En qué se ponen de acuerdo? Ni la menor idea. Pero tiene lógica en pensar en que Lucas Ghi le habrá dicho algo así como «es el intendente el que lleva la gestión adelante, okey Martín» y Martín le dio el okey.
Vamos al punto. No había otro candidato con la imagen suficiente para ganarle a Ramiro Tagliaferro. De nuevo, no había otro, al punto que en las PASO de 2019 Lucas Ghi se impone por 8 puntos y en las generales gana por 3 puntos y Nuevo Encuentro vuelve a gobernar.
Se arma el gabinete y son todos hombres y mujeres de Martín Sabbatella, se arma la lista de candidatos a concejales y son de la coalición ganadora, Unidad Ciudadana. O sea, Nuevo Encuentro, el Frente Renovador y el PJ.
Lucas Ghi gana en 2019 y hasta el 2023 no hay conflictos públicos. Hasta que este año abre el debate el líder del Frente Renovador Martín Marinucci y le sigue Hernán Sabbatella. Ambos hacen declaraciones públicas marcando diferencias.
La principal queja del Frente Renovador es que tal como están las cosas, se pierden las elecciones legislativas de Morón en 2025. La de Hernán Sabbatella, ex jefe de Gabinete y ahora Secretario de Legal y Técnica, que hay proyectos diferentes.
Pero pese a los dichos en público, se puede interpretar que ocurren otras cosas. Por caso, Martín Sabbatella, aunque no se pronunció públicamente, debe estar en fuerte tensión con Lucas Ghi ya que el jefe comunal no «promueve un sucesor». Ese sucesor debería ser, según Martín Sabbatella, Diego Spina que es vice intendente de Morón. Pero pero está claro que para Lucas Ghi no es el sucesor, ni Spina ningún otro, al menos hasta la fecha.
O sea que Lucas Ghi no tiene la intención de repetir la estrategia 2009, sino la de 2019, cuando era el único candidato posible del espacio. ¿Por qué? Supongo que debe estar harto de las intromisiones (incomprobables pero posibles) de Martín Sabbatella sobre el gabinete y demostrar que puede gestionar y ganar. Supongo.
Por ahora, en juego están las legislativas 2025. Tendrá que armar una lista de concejales. ¿Lo harán juntos? Imposible saberlo. Ahora bien, si pierde el oficialismo, tendrá un Concejo Deliberante adverso.
Esto sucedió en la última votación. Ese Concejo Deliberante adverso se hizo presente, no le votó la Ordenanza Fiscal Impositiva que regula el monto y cobro de tasas municipales al intendente Lucas Ghi.
No tuvo la mayoría que siempre le aseguraba el Secretario de Gobieno, Diego Spina. Por lo tanto, si los «aliados» o «dialoguistas» votaron en contra quiere decir que Spina le armó un bomba de tiempo porque el Ejecutivo no tendrá la herramienta necesaria para recaudar en 2025. Esta interpretación lleva a la conclusión sobre por qué deshace la Secretaría de Gobierno Lucas Ghi.
Por el otro lado, el relato es distinto. Las herramientas para armar una mayoría en el Concejo Deliberante están en manos de Hernán Sabbatella por lo tanto, fue él quién no la logró.
Volvamos a Spina. No es el hombre de Lucas Ghi pero Lucas Ghi a su vez no promueve un sucesor para 2027.
A su vez, ¿alguién le prometió algún lugar de gestión relevante o legislativo a Lucas Ghi? Por el momento podemos confirmar que no.
Otro punto importante: ¿habrá o no habrá reelecciones a intendente? Nadie lo sabe aún, falta mucho, hay tres proyectos para vuelvan las reelecciones indefinidas. Solo falta que la Legislatura Provincial se ponga de acuerdo. Si hay acuerdo, entonces Lucas Ghi puede ser reelecto y si puede ser reelecto a tres años de las elecciones por la comuna, ¿para qué promover a alguién? Lucas Ghi debe querer ir a unas PASO, demostrar que tiene peso propio, y volver a presentarse como candidato a intendente.
Y si hay PASO en Nuevo Encuentro, entonces tendrá un sólo contrincante, el más duro de todos, Martín Sabbatella que es el único que no necesita instalarse en Morón. Podrán en juego la gestión, para derimir el mando.
