Cecilia Roumieux, la joven de Ituzaingó tenia 25 años al 30 de diciembre de 2004, cuando fue a un boliche de Once para festejar los últimos días del año, pero nunca volvió a su casa.
(por Aldana Farinelli).- Sofía es hermana de Cecilia Roumieux, la joven de Ituzaingó que junto a Luis Zarate, otro de los vecinos del distrito, murieron aquella noche y en diálogo con Diario Anticipos, relató cuál es el rol de la familia como lugar de contención.
Sofía tenía 7 años cuando ocurrió la tragedia. Sin embargo, se puso al hombro los homenajes desde que pudo.
«Todos los años hacemos actividades junto a al Dirección de Derechos Humanos del municipio. Desde 2017 que tenemos la plaza de «Los chicos de Cromañón Ceci y Luis» (Venezuela y Martín Rodríguez) y este año pusimos la placa con el nombre y un ploteo atrás del cartel donde explica que sucedió esa noche para que los chisco que están ahí no solo vean el cartel sino también tengan la oportunidad de leer qué pasó esa noche», explicó la joven.
Pero ¿Cómo se vive esa fecha? Sofía la define como un día duro. «Creo que desde que pasó sigue pasando todos los años porque el dolor esta intacto, duele siempre que uno tiene algún logro, algo para contar. Cuando me fui Bariloche yo mire por la ventanilla del micro y todos mis compañeros tenían a toda su familia y yo no».
Cada 30 Sofía va con su hermano, sobrinos y su papá a marchar desde Plaza de Mayo hasta Once. «Participamos de los homenajes que hay en el Santuario de Cromañon y es un día muy triste. Las fiestas son muy tristes, nosotros todos los 24 de diciembre y 31 vamos a brindar donde estaría Ceci, en el cementerio»; señaló.
Sin embargo aclara: «Sentimos que tenemos que hacerlo. Uno no quiere estar haciendo un homenaje. Mantener viva la memoria es una forma de que no se repita».
Respecto a su consideran que hubo un cambio con respecto a los boliches y lugares de recitales desde Cromañón, Roumieux opinó: «Si, yo fui investigando, hablando con gente más grande que en esa época iban a boliches y me comentaban que se cambió en cuanto a que había lugares cerrados que ya no eran habilitados o con mucha gente».
«Al día de hoy creo que Cromañón es una causa olvidada que cada vez nos toca menos cuando debería ser al revés, deberíamos ser consientes que hay un montón de chicos que van a boliches porque tiene derecho, tienen derecho a infancias, juventudes libres donde se diviertan y el estado tiene la obligación de garantizar las medidas para que los pibes vuelvan a sus casas», exigió Sofía.
Asimismo lamentó que a 17 años de la tragedia «uno sale a bailar y no sabes si volvés, con lo que le cuesta a un padre que su hijo empiece a salir. Es terrible lo que nos pasó, que digan tenés que venir, falleció tu hijo, tener que salir corriendo, eso no tiene que volver a pasar y se evita tomando medidas necesarias como sociedad en cuanto a hacer memoria y concientizar de salidas de emergencias, seguridad, protocolos».
«Luchamos para que se siga teniendo en cuenta, se hable en las escuelas, las casas, en las instituciones», sumó.
Cecilia tenia 25 años y era Licenciada en Recursos Humanos. Trabajaba como Jefa de Personal en el Concejo deliberante y nunca llegó a retirar su titulo. «Era una piba muy vital, siempre estaba despeinada, hacia ruido con los tacos cuando caminaba y la gente sabia que llegaba, era una piba viva, que tenia un montón de ganas de vivir y fue a un boliche para festejar los últimos días del año y no volvió, un boliche donde no conocía a la banda, no tenia nada que ver y fue la única de su grupo que no volvió», contó su hermana.
Sofía no tiene mucho contacto con quienes eran amigos de su hermana y es que ene se entonces ella tenía tan solo 7 años. «Mucho no me acuerdo, hace unos años me puse en contacto con un chico que la menciono en un tweet, le hable, me contó de ella y me dijo que era una persona hermosa. Uno intenta recaudar recuerdos ajenos y hacerse la idea de lo que era», expresó.
«Nosotros crecimos como hermanos con el chip de «somos hermanos de Cromañón», tenemos una hermana que es fallecida, que no es el normal denominador de los pibes tener un hermano al que velaron. Es una contención conocer gente que pasa lo mismo, hablarse cada tanto y conocernos», agregó a su relato.
Claro que en su momento hubo diferencias y Sofía relata: «Nos hicieron pelear, tantos juicios desgastan, tantas posturas en contra y a favor de la banda, pero al final de cuentas somos gente que vivió lo mismo y que sufre y que se entiende porque estamos en la misma. Podes llorar, patalear, gritar, estamos todos en las mismas condiciones, es 30 de diciembre y uno es parte, nos conocemos y sabemos que asamos lo mismo, que no estamos solos».
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