Candela: A diez años del asesinato se espera el el segundo juicio. El 22 de agosto de 2011 fue la última vez que se vio a la nena de 11 años con vida. El cuerpo fue encontrado días después en una bolsa junto a la Autopista del Oeste, a 30 cuadras de su casa.
Candela: A diez años del asesinato se espera el el segundo juicio. En el primer juicio hubo tres condenados y ahora cuatro son los nuevos imputados.
A una década del crimen de Candela Sol Rodríguez, la niña secuestrada y asesinada en Hurlingham, se espera que antes de fin de año comience el Segundo Juicio Oral por el caso, que fuera suspendido por la pandemia de coronavirus y que tendrá entre los acusados a un narcotraficante, un ex policía bonaerense, un «informante» de de la Bonaerense fuerza y a un carpintero.
Carola Labrador, madre de la víctima, insiste en que «hicieron zafar a los jefes policiales» mientras que las mejores tres amigas de Candela (11), ahora ya jóvenes, reclaman justicia porque creen que hay «más culpables«.
El segundo juicio estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 6 de Morón una vez que se definan los protocolos, ya que tan siquiera eso hizo la justicia en los 17 meses de pandemia que llevábamos.
Ya están citados unos 50 testigos, entre peritos, efectivos policiales y civiles.
A nuevo debate, denominado «Caso Candela II», llegan acusados:
1) El narcotraficante Miguel Ángel «Mameluco» Villalba (56)
2) El ex policía bonaerense Sergio Chazarreta (52), dueño de la camioneta negra que se utilizó para trasladar a Candela
3) El «informante» Héctor «El Topo» Moreyra (50)
4) El carpintero Néstor Altamirano (59), a quien le atribuyen haber alimentado y cuidado a la niña en cautiverio
Los cuatro serán juzgados como «partícipes necesarios» del delito de «privación ilegítima de la libertad coactiva seguida de muerte» y sólo Villalba llegará detenido al debate ya que actualmente cumple una condena en el Penal de Rawson dictada en una causa por narcotráfico.
La acusación estará nuevamente a cargo del fiscal Mario Ferrario.
Por su parte, Carola Labrador, madre de Candela, dijo públicamente: «Ya no me importa nada el juicio. Hoy no confió en nadie y hubo jefes policiales a los que hicieron zafar de toda culpa».
Se refiere a Paggi quien era la máxima autoridad de la Bonaerense, Matzkin, el segundo y Castronuovo, que le seguía en reango. Los tres fueron acusados por el fiscal Mario Ferrairo de encubrimiento agravado pero poco después fueron absueltos.
«Ya cumplimos diez años sin Candela que se fue al cielo, pero también seguimos esperando que cierre la gran herida que tenemos. Es sabido que todos los culpables tienen que pagar», agregó.
Carola Labrador explicó que en su familia ya aprendieron a «vivir con el nombre» de Candela y que la niña los «guía todos los días. La amamos más que nunca», expresó Carola.
A su vez, Nicol, una de las mejores amigas de Candela, sostuvo que seguirán «pidiendo justicia porque ella no se merecía lo que le pasó. Era una niña y nada tenía que ver con lo que pasaba. Hoy que somos grandes tenemos conciencia y sabemos que tiene que haber más culpables», remarcó.
El Primer Juicio
En 2017 se realizó un primer juicio al que llegaron como acusados Hugo Bermúdez (60), Leonardo Jara (40) y Fabián Gómez (46).
Los dos primeros acusados fueron condenados por el TOC 3 de Morón a prisión perpetua como «coautores» de «privación ilegal coactiva seguida de muerte», en tanto que Fabián Gómez recibió una pena de 4 años de cárcel como «partícipe secundario».
Los elementos que los jueces ponderaron para las condenas fueron las pruebas de ADN que demostraron el cautiverio de la niña en la casa de Kiernan 992, de Villa Tesei, partido de Hurlingham, y que vincularon a Bermúdez, quien también quedó implicado con la quema de evidencias en la casa de su expareja.
Además, los peritajes confirmaron que Jara fue el autor de un llamado con un mensaje dirigido a la madre de Candela en el que le dijeron: «Hasta que esa c… no devuelva la guita no la va a ver nunca más, que le pregunte al marido dónde dejó la guita».
En ese primer juicio, «Mameluco» Villalba declaró como testigo, al tiempo que «Topo» Moreyra y el carpintero Altamirano estuvieron presos en un comienzo de la investigación, entre 2011 y 2012, y luego recuperaron la libertad por falta de pruebas.
Sin embargo, el fiscal Ferrario reunió nuevos elementos y el año pasado acusó a «Mameluco» de liderar la organización criminal que cometió el secuestro y crimen de Candela y que presuntamente integraron Moreyra, Chazarreta y Altamirano.
Respecto del móvil del crimen, para la fiscalía se combinaron dos cuestiones: una, que Villalba se quiso vengar del padre de la niña, Alfredo Rodríguez, porque creyó que éste había pasado información a la Policía Federal (PFA) para que lo detuvieran 13 días antes de la desaparición de Candela.
Candela fue vista con vida por última vez el 22 de agosto de 2011 en Villa Tesei -donde residía-, cuando esperaba a unas amigas para ir a la reunión del grupo de boy scouts al que pertenecía.
El 28, la tía de la niña recibió una llamada extorsiva atribuida a Jara en la que pedían que la madre de Candela «devolviera la guita», mientras que el 31 del mismo mes el cuerpo de la niña apareció adentro de una bolsa, al costado de la colectora de la Autopista del Oeste, a unas 30 cuadras de su casa.
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