
El fluido funcionamiento de el Camino Real permitió que la noticia de la Declaración de la Independencia se conociera en Buenos Aires en apenas once días.
¿Conocés la historia de el Camino Real? En la época de la Independencia las distancias se medían en leguas: la legua de posta equivalía a 4 km. La distancia que separaba Buenos Aires de La Quiaca era de 475 leguas, unos 1.900 km. De la Quiaca a Lima había unas 530 leguas, unos 2.100 km.
Dependiendo de las condiciones climáticas y el medio de transporte era lo que se tardaba en recorrer un trayecto a caballo, pero aproximadamente se podían recorrer 8 leguas por día.
Pero en otros medios como en carreta solo se hacían 4 leguas por día, por lo que para ir de Buenos Aires a Lima a caballo se necesitaban 4 meses.
¿Cómo era la ruta¡ Se llegaba a Jujuy en carreta y luego se continuaba sobre la base de recuas de mulas: el viaje duraba hasta 8 meses.

En el caso de un chasqui a caballo del servicio de correos se podía hacer en un plazo promedio de entre 30 y 40 días, a razón de 30 leguas diarias lo que fue posible, solo gracias al Camino Real.
¿Cuándo se constituyó el Camino Real? Fue instituido en 1663 por el gobernador del Río de la Plata José Martínez de Salazar y tenía dos vías principales: el Camino Real del Perú que seguía en líneas generales el itinerario de la ruta 9 y el Camino Real del Oeste en dirección a Cuyo y que recorría un trazado similar a la ruta 7.

En 1748 cobró más importancia con la creación del servicio de Correos y Postas por iniciativa de «el padre del correo argentino» es decir, Domingo de Basavilbaso.
¿Qué eran las llamadas «postas»?
Eran lugares donde se llevaba a cabo el recambio de caballos que permitían que los viajeros pudieron continuar su camino utilizando caballo frescos. Cada una estaba ubicada a una distancia de entre 4 y 8 leguas y eran construcciones con paredes de piedra y adobe, techos de paja y escaso mobiliario.
Su única función era brindar comida y alojamiento a viajeros y arrieros. También se conseguía hasta la leña para el fuego.

En 1762 se dictó la «Ordenanza que deben observar los funcionarios de correos, caminos y postas» la cual estableció la localización y condiciones de las postas y los caminos que las comunicaban.
En 1791, Manuel de Basavilbaso, hijo de Domingo, y a la sazón Director de Correos de Buenos Aires, se encargó de redactar un pormenorizado «Reglamento de Postas», que debía ser cumplido por todas las postas establecidas en el territorio del Virreinato del Río de la Plata.
¿Qué se establecía allí? Que cada posta debía estar regenteada por un «maestro de posta», auxiliado por dos «postillones».
El maestro de postas era nombrado por el Director de Correos y tenía ciertos recursos, era una persona distinguida y representativa del lugar. Debía saber leer y escribir, ya que los viajeros debían presentar su pasaporte ante el maestro de posta.
Dicho pasaporte era expedido por la policía o autoridad militar, acompañado de una hoja de ruta expedida por el Director de Correos.
Este puesto significaba contar con ciertos privilegios: No podía ser convocado para el servicio de milicias. A la par tenía la obligación de disponer de un mínimo de 50 caballos, cuyo relevo debía realizarse en no más de cuatro minutos durante el día y a seis minutos por la noche.
¿Qué hay de los postillones?
Los postillones eran jóvenes que acompañaban a los viajeros hasta la próxima posta y luego regresaban con los caballos. Apenas mudados los caballos, emprendían un nuevo viaje.
Los viajeros no podían llevar caballos propios y debían pagar en las postas los derechos según la tarifa establecida. Para establecer una posta era necesario contar con pastos y aguadas cercanos para alimentar a los caballos. Algunas contaban con una pulpería.

La capacidad de carga era limitada: una carreta tirada por bueyes podía acarrear 1500 kilogramos. Mientras que una mula transportaba 150 kilogramos. El Ejército de los Andes utilizó 10.000 mulas.
Camino Real o Camino de la Historia
El Camino Real al Alto Perú es conocido también como el «Camino de la Historia» y hoy se lo puede transitar desde la ciudad de Córdoba hacia el norte.
En la posta cordobesa de Pozo del Tigre se redactó el parte que informaba que el virrey Santiago de Liniers y su comitiva habían sido detenidos al fracasar la contrarrevolución organizada en Córdoba.
Liniers fue tomado prisionero en la posta Las Piedritas, al sur de San Francisco del Chañar, y desde allí fueron conducidos rumbo a Buenos Aires. Sin embargo antes de arribar a destino fueron fusilados.
En la posta salteña de Yatasto tuvo lugar en enero de 1814 el encuentro entre Belgrano y San Martín en el cual Belgrano traspasó a San Martín el mando de las tropas derrotadas en la segunda campaña al Alto Perú.

Francisco Ramírez, el Supremo Entrerriano, falleció en el paraje cordobés de San Francisco Viejo, cercano a la posta Las Piedritas. En el mismo lugar en 1835 fue asesinado Facundo Quiroga en Barranco Yaco (cercano a la posta Los Talas), siendo sus restos velados en la posta de Sinsacate.
En 1816 el servicio de correo permitió que la noticia de la Declaración de la Independencia se conociera en Buenos Aires en solo once días, muy poco tiempo teniendo en cuenta lo que tardaban los viajes en ese entonces.
Las postas, los jinetes, los caballos y las carretas eran cruciales para el intercambio de información, noticias y el negocio, por lo que achicar los tiempos de viaje era determinante para cada ciudad.
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