
Vacunas: Diferencias de Oxford, Pfizer, Moderna y Sputnik V. Las vacunas contra el coronavirus que anunciaron más del 90% de eficacia en sus resultados, innovan con su nueva tecnología (ARN mensajero) y dos vectores virales diferentes para cada dosis.
Vacunas: Diferencias de Oxford, Pfizer, Moderna y Sputnik V. Hay vacunas que utilizan tecnología más tradicional, como tres de las desarrolladas en China que usan virus inactivados; las que usan adenovirus (como vector viral) donde ‘insertan’ el gen de la proteína espiga del coronavirus, y las que usan ARN mensajero.
En el caso de la vacuna rusa Sputnik V, utiliza adenovirus, es decir, virus que provocan resfriados comunes en los seres humanos (se estima que todos tenemos uno o dos resfríos por año).
Lo que hace este desarrollo es modificar al adenovirus para que ingrese a las células humanas, pero sin capacidad de replicarse y además le «incorporan» el gen de la proteína espiga del coronavirus.
De esta forma al ingresar la vacuna al organismo se produce la proteína espiga que es detectada por el sistema inmunológico y se genera la respuesta protectora.
Cansino, Janssen y Sputnik V utilizan adenovirus humanos mientras que la AstraZeneca usa un adenovirus de chimpancé.
En el caso de Pfizer y Moderna, utiliza nanopartículas para transportar el material genético del virus contra el cual se quiere inmunizar.
El investigador y docente Emilio Malchiodi explicó que la membrana que rodea nuestras células es «una bicapa lipídica (de lípidos); las vacunas con RNA mensajero lo que hacen es crear nanopartículas con una bicapa lipídica y dentro de éstas se incorpora el material génico, en este caso de la proteína espiga».
Al ingresar al organismo esas nanopartículas se fusionan con las membranas de las células y se «liberan» dentro de la célula el material que codifica para la proteína espiga; el organismo comienza a producir la proteína y el sistema inmunológico reacciona.
En caso de funcionar, se estima que las vacunas basadas en ARN mensajero serán una tecnología muy usada.
Seguridad
Las empresas pueden garantizar que las vacunas son seguras por el tiempo que se las ha aplicado y hasta el momento ninguna de las que están publicadas provocó efectos adversos graves.
Las vacunas que usan virus inactivados, cultivan el virus en laboratorios, después lo «matan», pero conservando la estructura y los antígenos, que es lo que se utiliza para inmunizar.
AstraZeneca firmó un acuerdo para producir entre 150 y 250 millones de vacunas destinadas a toda Latinoamérica, con excepción de Brasil, que realizó un pacto con la Universidad de Oxford.
En América , la producción estará a cargo de México y Argentina en el laboratorio mAbxience, con una planta en Garín. Allí se producirá la sustancia activa y el desarrollo terminará en México.
Las vacunas estarán disponibles para el primer semestre de 2021 si se aprueban las regulaciones necesarias y se completa con éxito la fase III.
Cabe recordar que la vacuna AZD1222 se producirá en masa, pero hay otra vacuna que está en fase III: la BNT162 producida por los laboratorios BioNTech, de origen estadounidense, en colaboración con Pfizer. Su eficacia sería del 90%.
Esta es una vacuna del tipo ARNm: se inyecta el material genético que contiene las instrucciones para producir la proteína Spike (o S) del virus. La misma se encuentra en la superficie del virus y es fundamental para que este ingrese y se desarrolle en el organismo.
Así, las células de las personas vacunadas comienzan a producir la proteína del virus y se generan anticuerpos para evitar el ingreso y reproducción del virus con el objetivo de engañar al sistema inmune como si hubiera estado en contacto con el SARS-CoV-2.
A diferencia de la BNT162, la vacuna AZD1222, también utiliza la proteína Spike del virus SARS-CoV-2, pero en lugar de inyectar el mensaje en un ARNm, lo inyecta en un adenovirus de chimpancé (ChAdOx).
La sustancia activa de la vacuna contiene un virus de resfriado común de una especie distinta a la humana y en esa construcción se inserta la información para que, cuando el cuerpo humano reciba la vacuna, pueda producir anticuerpos para esta proteína Spike.
En resumen, las dos producen anticuerpos para la misma proteína pero el mensaje entra de maneras diferentes.
¿Cómo se mide la eficacia de la vacuna?
La garantía de que la vacuna funciona a largo plazo se puede medir en la respuesta de los linfocitos T (células del sistema inmune que actúan en la respuesta celular dirigida).
Pascal Soriot, el director ejecutivo de AstraZeneca, explicó que “el efecto de la vacuna es medido por un aumento de los anticuerpos y células T, generados en la sangre de los voluntarios que se prestaron al experimento; se comprobó que las personas que recibieron la vacuna llegaron a generar tantos anticuerpos como genera una persona que enfermó y se curó de COVID-19 ”.
Respecto al precio de la vacuna, AstraZeneca y la Universidad de Oxford ofrecen la tecnología para que se desarrolle sin fines de lucro, solo se cobrará su fabricación. Cada dosis de la vacuna tendría un valor de entre u$s3 y 4.
Por otro lado, BioNTech y Pfeizer fijaron un precio máximo por debajo de los u$s20 por dosis, lo cual es barato comparado con otras vacunas.
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