
La radio de Morón FM La Siglo cumple 31 años. La emisora dirigida por Noemí Zamora y Osky Díaz nació en 1989 con el nombre FM Siglo XXI pero con el cambio de dial se renombró. Idas y venidas de una referencia en la comunicación del distrito.
La radio de Morón FM La Siglo cumple 31 años. «Al principio fué una especie de cooperativa. Yoe stoy desde el principio, esto fué en la calle Zeballos al 2000. Hoy es un supermercado chino. Después pasamos a Moreno 809 y luego a 25 de Mayo 252. Ahi estuvimos 16 años hasta que hubo refacciones. Era una casa muy antigua. Más tarde a la calle Independencia. 10 años más ahí». Con estas palabras Noemí Zamora detalla los inicios de la estación de FM que creció a la par de la ciudad.
«Nosotros salíamos por FM 104.1 En todos estos años se fueron socios y hubo mucha historia. En el 2005 nos cambian la frecuencia por una disposición de Nestor Kirchner que le entregó esa frecuencia a Mario Pergolini (Nota de la redacción: ene se dial comenzó a funcionar la radio de Cuatro Cabezas X4). Fuimos varios los dueños a los que nos pasó eso. Ante eso había que elegir: o cerrábamos o abriamos otra radio en el 100.3. Como había una historia le pusimos La Siglo ya abierta desde el 2006 con ese nombre», destaca Zamora quien también conduce «Fuera de Agenda». Ella fué quien le dió una entrevista a este medio:
– ¿Cómo fue ese primer día de radio?
La primer transmisión se hizo en Zeballos. Operaba una mujer llamada Sandra Ibarra que era parte de la cooperativa. No había operadoras mujeres y el primer programa que tuvo Siglo XXI se llamó «Yoga en radio» (risas), hagíamos yoga en radio con Jorge, un profesor que sigue con esa actividad en Morón Sur.
Después veníamos nosotros. De 08:00 a 10:00 hacíamos con Daniel Penen y Sandrita en los controles «Cuando canta el gallo». Empezabamos con una musiquita que decía «donde este gallo canta, ningún otro cantará» y era un magazine de la mañana. Con nervios y en ese momento la radio empezaba a tener un vigor fuerte por ser una FM. Era un desafío.

–¿Tuvieron algun episodio de censura?
Censura política nunca. Jamás me llamaron ni me dijeron «esto no lo digas pero esto si». Lo que ocurría es que con algunos gobiernos teníamos publicidad y con otros no. Pero eso es otra cosa. Nosotros para hablar y poder decir lo que quisieramos no hubo problemas. Mandaban gacetillas o no. Con algunos gobiernos tuvimos más relación que con otros. Por acá en los 31 años de historia pasaron todas las voces y los programas periodísticos que habían jamás padecieron la censura de nadie. Siempre se pudo trabajar con total libertad de palabra.
-¿Llegaban mensajes de oyentes que se sentían acompañados?

Durante muchos años a través del teléfono por tubo, de línea, nos llamaban y contaban de todo. Muchas veces había gente que me decía que yo era la amiga por que escuchaban todos los días lo que yo decía. A veces uno hace un personaje y eso se trasladaba a la realidad para mucha gente. Hemos recibido poemas, premios, comida que traían a la radio. Gente que se acercaba y quería hacer programas o sólo hablar y cantar. También perritos que se perdían, robos, pedidos de donación de sangre y siempre dábamos una mano.
Hace poco una señora de Bahía Blanca buscó una radio en Morón en internet. A través de la web habló conmigo. Quería localizar a su hermano que estaba internado en la Clínica Modelo. Necesitaba sangre, entonces nosotros pasamos el aviso en las rotativas. Después ella se comunicó agradeciendonos por que había conseguido lo que precisaba. Ella había venido al distrito. Su hermano había sido operado, salió todo bien y se fueron juntos a Bahía. Esas cosas lindas que tiene la radio y la ayuda al otro. Hoy se maneja todo más por whatsapp pero sigue habiendo pedidos de notas y temas que se pueden resolver.
-La realidad de los medios es complicada y más la de las emisoras locales. Muchas emisoras colegas apagan los equipos para ahorrar energía eléctrica ¿cómo está la situación de La Siglo?
Yo tuve la suerte de encontrarme con un socio como Osky Díaz. El pone el hombro en todo esto. Hemos pasado momentos muy graves pero en todo este tiempo hemos tenido tantas crisis y vaivenes que estamos acostumbrados. Mudanzas, crisis del 2001 y la década menemista. Es como que uno sabe que la radio en la que está no está en Suiza. Esta última crisis fué muy fuerte. Sentí muchísimo cierta soledad. En otros momentos había más unión entre las emisoras y directores. Ya no es así. Me da mucha pena cuando se cierra una radio por que es una voz que se apaga y esto a veces la gente no lo valora o toma la dimensión de lo que es un espacio que desaparece en especial para ese barrio.
La Siglo no está exenta de esto. Tenemos dos operadores maravillosos y un socio con mucha garra que permite que el proyecto siga.

– La radio de Morón sigue pero hay una generación de dueños que ya no está.
Mirá, nosotros eramos antes que directores de radios, amigos. Corríamos de un lado al otro para resolver dificultades del otro. Formábamos parte de asociaciones y acompañábamos a «Pelo» (NdR: se refiere a Héctor Quiroga quien fuera dueño de la extinta FM Gran Buenos Aires en el 102.7, también en Morón) que era el que hacía arreglos de frecuencias y negociaba con el COMFER.
Carlos (Carlos Pizzi padre, de FM Oeste) era técnico y sabía un montón. Si me andaba mal un equipo se venía de Haedo con la valijita y me lo arreglaba. También ese día se quedaba en la radio y participaba de mi programa. El sabía mucho de jazz y tenía su programa la noche en su radio. Lo mismo Ignacio San Sebastián y Francisco Bueno, de FM Nuevo País y FM Oriente de Ituzaingó, respectivamente también venían. Se daban asados y complicidad donde la radio nos unía.
– La radio de Morón y en general ¿va a morir por internet? ¿La puede potenciar?
No. La radio muta. Cuando vino la televisión dijeron que se terminaba la radio. Lo mismo con internet. Por el momento sigue habiendo público, si bien había caído un poco la audiencia. Volvió con la pandemia por que hay una necesidad de compañía a la mañana o a la tarde. Siempre hay una búsqueda de voces mientras cocinás o arreglás algo en el jardín y se disfruta de ese intruso que es quien está al aire. Se da con mayor fuerza en estos días en los que hay que quedarse en casa.
El adolescente no escucha radio, el joven no escucha. Pone Spotify e Instagram, otras cosas. En charlas que he dado en colegios secundarios directamente el medio no interesa o no saben que existe. Pero en el primario me ha tocado dar charlas y en ese contexto los chiquitos reconocen la radio como el momento en el que están con los abuelos.
-¿Tienen saldado el debate por la música?
Siempre fuimos una radio de música. Pero no escencialmente de canciones. Tenemos una mañana informada, luego algún magazine temático y a la tardecita espacios musicales. Se consideró una radio siempre con canciones por la emisión de sonido y calidad que da la FM. Habitualmente le damos espacio a la creatividad de los operadores, algunos pasan rock nacional y otros pop. Históricamente hubo variedad y especialmente clásicos del rock y en castellano. Luego los envíos temáticos y fuimos muy elegidos por los jóvenes que querían presentar sus temas. Hace un tiempo que quien está al aire prefiere hablar más que pasar canciones. De todos modos nos alegra saber que volvieron los vinilos, siempre hay un retroceso y un retorno a tiempos pasados. Quizás no sea masivo pero existe.
-¿Cómo es el protocolo de emisión en este contexto de pandemia?
La mayoría de los programas salen desde las casas de los conductores. Quien está al aire sale por celular o a través de audios de Whatsapp. Yo voy a la radio por que me gusta el estudio, es actividad exceptuada y los operadores dejan todo preparado y están pocas horas. Sanitizamos e higienizamos todo con alcohol en gel. No tenemos ningún programa en el que haya más de una persona en el estudio.
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