Morón: Harán una auditoría

Morón: Harán una auditoría por los Registros Truchos. A menos de dos meses de haber asumido como intendente de Morón, Lucas Ghi se encuentra en una difícil encrucijada ya que la gestión anterior vendió licencias de conducir legítimas pero con datos falsos y exámenes sin dar como lo hace diariamente cualquier ciudadano.

Morón: Harán una auditoría por los Registros Truchos. En 2017, el Ministerio de Transporte de la Nación relanzó una nueva Licencia Nacional de Conducir única con cuarenta medidas de seguridad.

A si vez, la misma licencia se puede utilizar en más de cien países extranjeros suscritos a la convención de Ginebra de 1949.

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Desde la nueva conducción de Lucas Ghi, que designó a Gustavo Yapura al frente de la Central de Operaciones y Monitoreo de Morón, y la puesta de controles vehiculares que tienen como responsable a Agustín Ramponelli en las calles, comenzaron a saltar irregularidad nunca vistas.

Licencias de conducir perfectamente hechas, o sea, con sus cuarenta medidas de seguridad, confeccionadas por la Provincia de Buenos Aires, otorgadas a Morón durante la gestión anterior pero con los datos personales del titular adulterados.

Esto significa que la licencia tiene validez frente a las fuerzas de seguridad, incluso puede atravesar los requerimientos de un fiscal.

De ahí la preocupación. En el centro de la tormenta quedó Bernardo Magistocchi, ex Secretario de Seguridad de Morón durante la gestión del PRO, y sus principales colaboradores.

Morón: Harán una auditoría

El procedimiento utilizado entre 2015 y 2019, o sea, durante los cuatro años que duró el PRO en Morón, se buscan «clientes» con necesidad de tener un registro.

¿Cómo encontrar los clientes? A partir de gestor con poco arraigo en el distrito que acumulaba vínculos en los municipios vecinos.

Una vez lograda la cantidad de clientes necesarios para que la movida sea rentable, se dividían entre tres grupos:

Grupo A

No sabían leer castellano por lo tanto no podían rendir el examen para dar el registro de conducir. En este caso podemos nombrar las comunidades orientales que se asentaron en Morón pero sin dominar el castellano.

Grupo B

Sabían leer castellano pero no tenían domicilio en Morón. Es el mismo caso, pero con comunidades orientales radicales en distritos vecinos como La Matanza y San Martín en donde arribaron cientos en los últimos cuatro meses.

Grupo C

Ni sabían leer castellano, ni tenían domicilio en Morón. Estos son los casos más graves porque quiere decir que un extranjero se radicó en un distrito vecino y se le indujo a buscar una solución en Morón cuando no podía obtenerla.

La fluidez del castellano o no quedaba en manos del funcionario de la Dirección de Tránsito. Pero esquivar la mirada sobre el domicilio era imposibible.

Por lo tanto, se recomendaba a cada «cliente» que pagaba entre $3.000 y $10.000 por carnet, aprender lo mínimo de castellano y luego realizar un trámite ante el Registro Civil o el Registro Nacional de las Personas.

Ese trámite sólo era pedir una Constancia de Solicitud para el cambio de Domicilio del Documento Nacional de Identidad.

De ese modo, el DNI quedaba el domicilio original de La Matanza o San Martín, como ya dijimos, pero el «cliente» presentaba la constancia de que estaba haciendo el trámite para «actualizar» su nuevo lugar de residencia y la nueva licencia avanzaba.

Las estimaciones del fraude son enormes y por eso el intendente Lucas Ghi quiere que intervengan organismos externos de control como, por ejemplo, el CIPPC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento)}

Cálculos no confirmados estiman que pudieron haberse fraguado 300 registros emitidos por la Provincia de Buenos Aires por día. Y entregarse durante 21 días del mes. Esto significa que pudieron entregarse 6.300 registros legales con datos falsos por cada mes de gestión.

La gestión duró 48 meses, por lo tanto, debería haber en la calle 302.400 con las cuarenta marcas de seguridad con los que los emite la Provincia de Buenos Aires pero con los datos adulterados.

Esto, tarde o temprano, traerá un problema a los propietarios de estos registros, a los funcionarios que firmaron, y a la hora de siniestros y pedido de documentación por parte de las compañías aseguradoras.

Por otro, si la entregas fueron bajo cohecho y los números estimados rondan entre los $3.000 y $8.000, un promedio diría que por cada registro se obtuvieron $5.500 de fondos irregulares.

Por lo tanto, el monto total recaudado llegó a 1.663.200.000. La cifra parece insólita pero el producido por los recaudado durante cuatro años consecutivos.

No puede asustar a nadie que Moró, un municipio «confiable» para la Provincia de Buenos Aires, ya que compartían el mismo signo político, conseguía las cantidades que fueran necesarias de Licencias de Conducir por un sólo hecho que lo explica todo: la máquina para producir los carnets está en Morón. Por lo tanto, sólo se trataba de imprimir y dar cuenta a la Provincia de Buenos Aires.

Así se armó una trama de registros sin datos válidos y montañas de dineros ilegales que luego de que se concrete la auditoria, los números arrojaran más que sorpresa por su envergadura.

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