Con el cuento de maní, pelaron a Castelar Norte. La verdad, cuando las mejores inversiones en los últimos 32 meses son Lebacs, dólares o energía, que te ofrezcan invertir en una plantación de maní, es buenísimo, sobre todo si aceptas.
El tipo que inicia el negocio, un capo: junta ocho millones de dólares. Para hablar en cifras exactas, 320 millones de pesos. Tenés que juntar ese dinero, ¿eh? Y no hay un papel firmado porque la utilidad neta es en negro. Para que vuelva en negro tiene que ingresar en negro. Es la misma autopista.
Así que lentamente, sábada a sábado, domingo a domingo, anuncia que le va bárbaro porque inició un negoción. Mientras todos piensan en Lebacs, dólares o energía, el planta maní y le va re bien porque viaja y viaja. Cada 45 días se va al exterior.
Los que conocen a D.B., saben que sabe hacer plata con plata y ahora viaja ATR, así que esta a la vista: plantar maní el multiplicar el dinero.
Es más, existe la Cámara Argentina de Maní y hasta tiene un presidente que ingeniero y se llama Javier Martinetto y es el que esta en la foto y que no tiene nada que ver con esta historia. Martinetto sólo es el presidente de la Cámara Argentina de Maní.
Pero si hay una Cámara Argentina de Maní y un ingeniero que encima se muestra públicamente, es cierto: el maní va como trompada. Y encima se viene el verano, y a todo el mundo se le dio por fabricar y tomar cerveza artesanal o no, por lo tanto la demanda de maní se va a disparar. Si la gente puede comprar leche o no, es otro tema, porque el maní también se exporta. De última se puede mandar a Dubai o Qatar que no conocen mucho de cerveza pero hace un calor bárbaro. Supera los 50 grados y los tipos, dólares tienen.
Desde Córdoba, porque en Castelar no se planta maní, se exporta un contenedor de maní cada 20 minutos. Y la exportación anual es de entre U$S 800 y 950 millones. Go-la-zo.
D.B. junta lentamente inversores. ¿Cómo no los va a juntar si los conoce, son sus amigos y conocidos? ¿Cómo no los va a juntar si su familia tiene buenos negocios en Castelar Norte?
Pero de todos, llega al más capo que vive sobre la nieve y se engancha con el maní: M.P..
Cuando M.P. dice «sí, la pongo», se abren las puertas del cielo. Es garantía. Negocio seguro. Si M.P. la tiene clara. Y los inversores no paran de llegar y el dinero de aumentar y llegan a los 320 millones de pesos.
Nadie evalúa los riesgos sino los dos extremos. Cuánto pongo, cuánto me deja. Garantía cero. Pero el negocio, que tiene su explicación, es bueno.
Se arma la movida y es de lo más cómoda porque la empresa queda en Castelar a metros de Santa Rosa, cerca de un supermercado que puedo aprovechar y a la vuelta de un café muy bonito en el que puedo esperar.
Voy tranquilo, dejo el dinero, paso por el súper y me tomo un café o almuerzo Bondiola a la Barbacoa con Ensalada Cole. Primer mundo. Soy Batman. Nada me detiene.
D.B. junto a M.P., a M.B., a D.C., a C.R., a E.F.M., a P.M., a H.U., a A.V., a J.L.N., a A.Ll. y mete y mete inversores. Inversores para cosechar maní.
¿Cómo explicar la salida del dólar para un pool de maní? A ver, leer con atención. Había una fija: el dólar va a subir (y subió en el año 130 %) y las retenciones van a bajar (y bajaron un 10 %). Así que esta okey. Es cierto. El maní es un negoción. Y sino hay mercado interno se exporta.
La oferta es buena. La rentabilidad también. No es una idea loca y sin fundamento. El riesgo es poco. Pero sucede que de pronto no llueve. Y no llueve. Y cuando llueve no crece nada y nada se puede hacer excepto rezar.
La última campaña argentina de maní fue peor que mala. Hubo pérdidas por sequía que además generó hinchazón de los granos (aflatoxinas) y encima lo que se salvó es imposible de exportar porque los maníes se brotaron por exceso de humedad.
Así que el maní kaput y con el kaput del maní se evaporan 320 millones de pesos en un abrir y cerrar de ojos que ya no van a estar en Castelar Norte.
Ahora todos quieren explicaciones cuando hay una sola y corresponde al Servicio Metereológico que no avisó que no habría precipitaciones en seis meses.
Pero al tipo, a D.B., el que armó la movida, lo quieren «matar» (es metafórico) y todos maldicen y el tipo que no da muchas respuestas y que sábado y domingo ya no aparce por los mismos lugares y dejó de viajar y le hacen flyers y los mandan por whatsapp con fotos viejas de él y su pareja.
Es muy futbolero todo. Si a D.B. le salía bien, era Carlos Bilardo. Pero no llovió y se convirtió en Jorge Sampoli. Naaaaaaaaaaaa. Vamos, no es tan fácil todo.
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