Cada 4 de abril, recuerdan el asesinato de Fuentealba. Ese día, durante una propuesta gremial, lo mataron por la espalda sin necesidad fuerzas de seguridad.
Cada 4 de abril, recuerdan el asesinato de Fuentealba Carlos Fuentealba. El docente nació en Junín de los Andes el 14 de septiembre de 1966. Pero lo mató un agente de la Policía de la Provincia de Río Negro.
Fue por la espalda el 4 de abril de 2007 durante un operativo represivo para impedir un corte de ruta en la provincia de Neuquén, Argentina.
Carlos era docente, activista sindical y militante socialista. Había cursado en la escuela industrial General Torres donde se recibió de técnico químico. Luego trabajó en un laboratorio, un supermercado, un hangar, una radio y una fábrica de jugo. Recién en los años ´80 trabajó en el Sindicato de la Construcción (UOCRA).
Desde UOCRA empezó a involucrarse en las luchas por un mejor salario y mejores condiciones de vida, después se recibió de docente y desde ahí acompañó a sus amigos activistas en cada lucha.
Entonces fue cuando se afilió al Movimiento al Socialismo (MAS) del que se alejó en 1993 para acercarse al Nuevo MAS (Nuevo Movimiento al Socialismo), del que participó poco tiempo porque fue asesinado.
Carlos se había recibido de docente en 2005, a los 38 años, y su primer trabajo fue como profesor de química en el Centro Provincial de Enseñanza Media Nº 69 del Barrio Cuenca XV, Neuquén.
Fue electo delegado gremial docente y en 2006 recibió el premio del «Rey del Colegio» como mejor profesor, distinción otorgada por los estudiantes.
El día en que murió Fuentealba tenía 40 años, y dos hijas de 10 y 14 años.
La tragedia llegó a su vida el 4 de abril de 2007, durante una huelga del sindicato docente ATEN, adherida a la CTERA.
Como medida de protesta, los dirigentes gremiales junto a docentes decidieron realizar un corte de la Ruta 22 a la altura de Arroyito, cercana a Senillosa que desencadenó una brutal represión.
Fue el gobernador Jorge Sobisch quien le dio la orden a la policía provincial de impedir el corte y garantizar tránsito.
Así que antes de que los docentes se concentraran al lado de la ruta, ya habían sido desalojados con balas de goma, gases lacrimógenos, bombas de pintura y un carro hidrante en dos ocasiones.
Se dispersaron. Algunos salieron en dirección al campo y otros se refugieron en una estación de servicio que, paradójicamente, pertenecía al cuñado del gobernador Sobisch, Fernando Ponte.
Dentro de la estación de servicio hubo un encuentro entre la policía y los delegados gremiales. Los docentes acordaron retirarse a pie o en auto para que las fuerzas de seguridad dejen de reprimir.
Ambas partes aceptaron el acuerdo y los delegados gremiales pidieron a los docentes abandonar el lugar del que se fueron en grupos hacia la ciudad de Senillosa, pero escoltados por camionetas policiales.
Luego de unos kilómetros de marcha, inexplicablemente, sobre la ruta, las camionetas policiales se adelantaron a la caravana docente, la encerraron y reanudaron el uso de la fuerza.
Fuentealba estaba en el asiento trasero de un Fiat 147 patente ACM 169 que se retiraba del lugar, cuando un policía de nombre José Darío Poblete, integrante del Grupo Especial de Operaciones Policiales (GEOP) de la ciudad próxima de Zapala, apuntó hacia la cabeza del docente a través del vidrio a dos metros de distancia y disparó una granada de gas lacrimógeno marca Towers.
El cartucho de gas lacrimógeno atravesó el vidrio del vehículo, impactó en la nuca de Fuentealba y le causó en el momento un hundimiento de cráneo.
En el hospital provincial fue sometido a dos operaciones pero finalmente no sobrevivió. Falleció el 5 de abril.
De inmediato se lanzó una huelga general con el apoyo de las dos centrales sindicales.
Las consignas fueron «Las tizas no se manchan con sangre», «Sobisch Asesino», «Nunca Más» entre otras, al tiempo que todas las protestas exigían juicio político al gobernador Sobisch.
La huelga docente en Neuquén se extendió 50 días y el gobierno intentó reabrir algunas escuelas reemplazando a sus directores con funcionarios de otras áreas del gobierno y contratando docentes suplentes.
Pero finalmente el gobierno y los gremios acordaron un aumento salarial, una pensión para la viuda de Fuentealba y otras reivindicaciones y los docentes se comprometieron a recuperar las jornadas perdidas por el paro.
La legislatura provincial se mantuvo cerrada durante casi dos meses porque los legisladores del partido oficialista, , no asistían a las sesiones para evitar el el juicio político.
Luego del acuerdo entre docentes y gremios, abrió la Legislatura, la oposición presentó el pedido de juicio político y fue enviado a archivo por la mayoría.
Poblete fue procesado imputándole el juez el delito de homicidio calificado.
Esta causa fue llamada «Fuentealba I», ya que investigaba solo la autoría material del asesinato. Pero se abrió la llamada «Fuentealba II», que investigaba las responsabilidades en niveles superiores de la jerarquía policial y al entonces subsecretario de seguridad.
Sandra Rodríguez, viuda de Carlos, se presentó como parte querellante en las dos causas.
El gremio ATEN solicitó también ser parte querellante en ambas causas, y especialmente tenía la intención de pedir la indagatoria del ex gobernador Sobisch en la causa «Fuentealba II», pero fue rechazado.
El 4 de junio de 2008 comenzó el juicio oral contra el policía José Darío Poblete, en el marco de la causa «Fuentealba I».
La Cámara en lo Criminal Primera lo encontró responsable de «homicidio calificado, por haber sido cometido por un miembro integrante de las fuerzas policiales abusando de su función, con la agravante de haber sido cometido con violencia mediante el empleo de un arma de fuego, agravado por alevosía, en concurso ideal» y condenado a prisión perpetua.
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