
Su mujer, Elba Marcovecchio, confirmó la noticia. Jorge Lanata murió hoy a los 64 años en el Hospital Italiano, donde estaba internado desde el 14 de junio pasado. El fallecimiento lo confirmó la propia pareja Elba Marcovecchio.
Horas antes se había confirmado que su estado de salud había empeorado. Si bien sus familiares mantenían las esperanzas de un posible traslado a un centro de rehabilitación, las afecciones que sufría Lanata fueron alejando esa posibilidad.
Hoy, lunes 30 de diciembre de 2024, la familia del periodista Jorge Lanata, su esposa Elba Marcovecchio y sus hijas Bárbara y Lola Lanata, se reunieron en el Hospital Italiano horas antes de su fallecimiento.
En el medio, el conductor tuvo varios ingresos a la clínica de rehabilitación Santa Catalina, para reforzar su recuperación. Pero el miércoles 18 de septiembre tuvo que volver a ser trasladado Hospital Italiano para ser atendido por un cuadro de neumonía y se decidió internarlo en terapia intensiva. Con ese mismo diagnóstico había ingresado hace tres meses. Su estado, ya delicado, se había agravado el viernes 27 de diciembre.
Fundador de los diarios Página/12, que fue un boom, y Crítica de la Argentina, que fue un fracaso, y de varias revistas como Siglo XXIII, también fue el creador el programa de televisión Día D y al acordar con Clarín, de Periodismo Para Todos y Lanata Sin Filtro. Realizó documentales que no tuvieron éxito, pero escribió diversos libros de ficción y no ficción que fueron polémicos y llamativos para los lectores. Incluso fue primera figura de una revista en el Maipo. Todos sus proyectos tuvieron el signo de la desmesura. Destapó los casos más resonantes de corrupción de los noventa y de la era kirchnerista: fue el periodista más influyente de la Argentina en las últimas décadas.
Lanata citaba la Historia del Señor Keuner, un relato de Bertolt Brecht: Keuner se cruza por la calle con un viejo amigo, con alguien a quien no veía hacía treinta años; el amigo le dice “estás igual” y Keuner se angustia, se desespera “¿Igual que hace treinta años? Una desgracia”.
Cuando era chico soñaba con ser periodista, quería escribir en Gente o, idealmente, en Siete Días, en alguna de esas revistas de actualidad que su tía Nélida compraba y leía cada semana. Otro que lo empujó fue el profesor Luis Iglesias. En el colegio le mostró cómo de un recorte con una noticia policial podía escribir un cuento. Supo que a eso se quería dedicar.
A los 14 años tuvo su primer empleo. Fue como redactor en el informativo de Radio Nacional. Para que lo contrataran necesitó a su padre: Ernesto debió firmar el contrato y dar consentimiento para que su hijo ocupara el puesto.
En gráfica comenzó a trabajar en la Revista El Porteño, creada y dirigida por Gabriel Levinas. En poco tiempo fue el miembro más joven del consejo de redacción. En 1986, tras la salida de Levinas, Lanata, a los 25 años, fue nombrado director de la revista que quedó en manos de una cooperativa de periodistas.
Página 12 apareció el 26 de mayo de 1987. En poco tiempo quedó claro que encarnaba una revolución. Que había llegado para modificar el lenguaje periodístico argentino. Cuando salió, algunos de los grandes diarios nacionales, todavía titulaban de manera engolada: “Inaugurose el Mundial de Fútbol”. Los títulos y las tapas de Página/12 combinaban humor, toma de posición, un lenguaje llano con referencias a la cultura pop (canciones, títulos de películas, declaraciones de personajes de la farándula) y desafío. Los artículos contrariaban el manual de estilo de cualquier diario del mundo. En el primer párrafo no se contestaban las preguntas que en inglés empiezan con W (qué, quién, cómo, cuándo, dónde); el inicio podía ser una descripción, una anécdota, un dato de color, un aforismo ingenioso.
