
El intendente de Ituzaingó, Pablo Descalzo, declaró cómo comenzó en política, cuáles fueron sus sueños, cuáles son hoy y de que se trata Ituzaingó.
Ituzaingó es verde, amor, paz y familia. «Tomé dimensión de qué se trataba militar cuando se dio una sesión en la que se discutió si un terreno fiscal iba a ser un negocio inmobiliario o una escuela pública. Mi viejo era el Presidente del Concejo Deliberante y yo militaba en el Centro de Estudiantes de mi colegio, que era privado. En la sesión me encontré con un montón de vecinos de Villa Alberdi y Villa Ariza, dos barrios de Ituzaingó. Y ganó la postura de mi viejo, de hacer sobre los terrenos un colegio público. Me pegó tanto aquella sesión que dejé el colegio privado al que iba y decidí ir al colegio público que al poco tiempo comenzaban a construir. Así fue que pasé a la educación pública, por la rebeldía adolescente y por formación familiar», contó el intendente de Ituzaingó Pablo Descalzo a Radio FAM.
«Comencé a militar en el Centro de Estudiantes del colegio público y el director de esa escuela era militante de la Democracia Cristiana, y comenzamos a apadrinar escuelas de frontera. En nuestro caso de Chaco y de Jujuy», añadió Pablo Descalzo.
La escuela la que se refiere se llamó en un principio Escuela Media N° 17 y hoy es la conocida Héroes de Malvinas.
«Yo estaba muy entusiasmado. Y un día, en una discusión fogosa con mi viejo, me dijo que militar estaba bien, que la militancia social era muy buena, pero que el problema era macro y desde entonces comencé otra militancia, quizás más enfocada no al voluntarismo sino a la transformación. Así me fui comprometiendo y cuando en 2005 se da el choque entre Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde en territorio bonaerense, abrí mi primer Unidad Básica. En esa elección, ambos líderes se jugaban la conducción del peronismo a través de las candidaturas a senadoras de Cristina Fernández y Hilda Chiche Duhalde. Notros armamos un espacio de juventud, salimos a militar, en Ituzaingó ganamos muy bien y nos animó a continuar con más convicción y más fuerza», contó a la emisora el intendente de Ituzaingó.
45 años dos de su primer pareja, de 24 y 23 años y de la segunda, otros dos, una nena de 9 años y un nene de 3 años.
A su vez, Pablo Descalzo, reconoce una ventaja: «Mientras militaba en el centro de estudiantes, o después fuera en un local partidario, cada vez que tenía que tomar una decisión, tuve la suerte de contar a mi viejo dándome consejos desde la experiencia porque el había empezado a militar desde muy chico, al igual que yo, y atravesó inconvenientes similares. Yo conté con todo ese saber que me sirvió mucho por por otro lado mi viejo no es para nada egoísta, incluso disfrutaba que yo fuera aprendiendo.»
«Mi vieja también militaba, pero hacía todo lo posible para darnos cariño, amor y cuidados y lo hizo y muy bien. Hoy, gracias a tantas luchas, los roles están más equilibrados y las mujeres comparten tareas con su pareja, está más internalizado y es una suerte para todos», continúa el jefe comunal.
- -¿Qué significa ser intendente? – preguntan de la emisora y el intendente responde.
- – Ser intendente es una responsabilidad hermosa y le agradezco a mi pueblo porque me ha dado la posibilidad de cumplir un sueño. Hay misiones que están vinculadas al desarrollo y el progreso de mi ciudad y en eso me concentro. Dónde hay tierra quiero que llegue el asfalto, donde falta un jardín quiero que levantemos uno. Ituzaingó tiene 42 barrios, yo vivo en Barrio El Pilar, pero cada barrio es mi barrio más allá de que los problemas sean distintos.
La tarea no es fácil. Menos en medio de una depresión económica. Sin embargo Pablo Descalzo es optimista. «Lo que me gratifica es cumplir objetivos y cada objetivo es un sueño. Cuando ves al pibe o la piba que entran al colegio que inauguraste, cuando ves a los pibes que se reciben, se te llena el alma de satisfacción. El año pasado tuvimos en hecho muy importante, comenzamos nuestro Centro Regional Universitario, esas son cosas absolutamente gratificantes espiritualmente.»
Para Pablo Descalzo «estudiar es la puerta para ganar independencia, ser realmente libres en el sentido real de la palabra y no en términos restringidos, o sea cuando se utiliza para enfocarlo a la libertad de mercado exclusivamente. Hablo de la libertad de de pensar, de poder proyectar y planificar el presente y el futuro. Y ese es el verdadero sentido de la libertad, la educación, la cultura, el deporte.»
Describe Ituzaingó como un municipio con una «identidad propia, verde, barrial, en donde nos conocemos todos, de casas bajas» y aunque «crecimos en altura lo limitamos a la zonas muy precisas para que no afecte el ecosistema.»
Por último enumeró sus deseos: «Llegar al 100% de las cloacas, abrir la sede central del Centro Regional Universitario, asfaltar las 400 cuadras que aún nos quedan de tierra, hacer algunos jardines maternales más para que nuestras madres puedan desarrollarse en términos profesionales, gozar del pleno empleo como el resto del país, disfrutar una red de centros culturales, formativos y educativos para garantizar la personalidad libre de cada vecino y vecina, esos son mis deseos.»
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