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De Castilla la Viejo al Palacio de Hacienda, el apellido Martínez de Hoz, es uno de los más citados cotidianamente en la Argentina tiene una historia que inicia en el siglo XVIII en Castilla la vieja e incursiona en distintos momentos de nuestro devenir.

El apellido Martínez de Hoz. Uno de los apellidos más citados cotidianamente en la Argentina tiene una historia que inicia en el Siglo XVIII en Castilla la Vieja e incursiona en distintos momentos de nuestro devenir.

Fue en el lugar de Huéspedes, Merindad de Valdivieso, Arzobispado de Burgos, partido judicial de Villarcayo en Castilla la Vieja, España, donde resultaron unidos los apellidos Martínez -don Mateo, próspero comerciante de la comarca- y de Hoz, su esposa, doña Antonia. María Antonia y José fueron los hijos de aquel matrimonio, e iniciaban ya en el Virreynato del Río de la Plata los primeros pasos.

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El 11 de enero de 1786, en la Iglesia de La Merced, contrajo matrimonio con doña María Josefa de Castro, natural de Buenos Aires. Pero meses después José Martínez de Hoz sabría que su descendencia se vería frustrado por lo cual decidió pedirle a su hermana que enviara al Virreinato del Río de la Plata a su sobrino, para suplir al hijo que nunca llegaría.

De todos modos, Joé Alfredo Martínez de Hoy llegó a ser miembro del Consulado en Buenos Aires, Hermano Mayor de la Santísima Caridad, Venerable de la Orden Tercera de Penitencia de San Francisco y Administrador de la Casa de Expósitos, su nombre fue pronto ampliamente conocido. Al punto que en su calidad de vecino y gran contribuyente participó del Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810.

Claro que sus convicciones no eran sólidas al punto que con anterioridad fue nombrado a cargo de la Aduana por los ingleses en la primera invasión de 1806. 

El sobrino español, Narciso de Alonso Martínez, hijo legítimo de Narciso de Alonso y Armiño y doña María Antonia Martínez de Hoz fue enviado por sus padres al Virreynato del Río de la Plata muy joven, donde lo esperaban su tío José Alfredo Martínez de Hoy y el almacén de ramos generales con que éste prosperaba en las colonias. Puesto su empeño e ingenio al servicio de los negocios, a corto plazo el recién llegado conquistaba la confianza y el profundo aprecio de su tío que -en primera instancia- testaría en su favor y el de su hermano, José Toribio, «con la única condición -rezaba el documento-  de que le den a mi esposa diez mil pesos de mi caudal con los cuales y con su legítima parte de gananciales tiene para pasarlo con toda decencia y alivio».

El 26 de junio de 1819 José Martínez de Hoz «gravemente enfermo en cama» firmaría un nuevo y último testamento nombrando heredera universal a su mujer, sin embargo un mes después, fue Narciso de Alonso Martínez administró el almacén de ramos generales y no tardó en figurar como su único dueño.

El apellido de Martínez de Hoz

Hasta acá el primer tramo del árbol genealógico:

Don Mateo Martínez (llega al Río de la Plata) y se casa con Antonia de Hoz

De este matrimonio, nacen María y José.

José manda a traer a sus sobrinos para que lo ayuden en sus negociso.

Los dos sobrinos son Narciso de Narciso Alonso Martínez y José Toribio.

Pero finalmennte, la descendencia se rompería ya que José, hijo de Don Mateo Martínez, no tendría hijos. Y sus sobrinos, de adoptar el apellido de su padre, serían nombrados como Alonso Martínez y no con el apellido de la madre Martínez de Hoy.

Algunas fuentes suelen repetir que Narciso de Alonso Martínez, a quien también nombran como Narciso Armiño, cambió su apellido por el de Martínez de Hoz atendiendo a exigencias testamentarias de su tío, pero ninguno de los tres testamentos conocidos de éste -datados en 1814, 1815 y 1819–  contiene esa cláusula ni otra parecida. Tal cambio de apellido nunca tuvo lugar y Narciso de Alonso Martínez se llamó así hasta su muerte en 1848. La lealtad del apellido paterno se exhibe en el contrato de la sociedad que en 1845 y por el plazo de seis años establecieron los sus 8 hijos varones de Narciso de Alonso Martínez.  

Miguel Alfredo Martínez de Hoz Fernández III
Miguel Alfredo Martínez de Hoz Fernández III

Las existencias de los almacenes al 31 de agosto de 1845, fecha de inicio del giro de la sociedad, ascendían a la suma de 470.143 pesos, valor correspondiente a importantes partidas de vinos, aguardiente, anís, resmas de papel, cajones de cohetes, jabón blanco, velas, tabaco, almidón, pasas de uva, naipes, casimires, paños, franelas y otras mercaderías. Los bienes raíces y muebles de su propiedad tenían un valor conjunto que llegaba a los 1.474.000 pesos.

Fueron los hijos de Narciso de Alonso Martínez los que adoptaron -al parecer caprichosamente- el apellido Martínez de Hoz. Solo uno de los once –Miguel Florentino– cuestionó la decisión de sus hermanos al cambiar el apellido. Nacido en Buenos Aires el 14 de marzo de 1832, Miguel F. Martínez abrazó la carrera militar. Hizo sus primeras armas en la batalla de San Gregorio, en 1852, sirviendo a un escuadrón de caballería de guardias nacionales. Luego de un período de vida civil, dedicado a atender los intereses de su hacienda, se reincorporó al servicio activo alcanzando el grado de Coronel de Milicias. Destinado al frente en Paraguay, murió el 18 de julio de 1868 en el combate de Acayuazú.

El futuro le teína reservada una ironía. La historia recuerda al coronel Miguel F. Martínez por el apellido que él nunca quiso cambiar como propio. Es en su honor que una calle de Liniers lleva el nombre Martínez de Hoz.

En esta generación comienza a multiplicarse las vinculaciones de los Martínez de Hoz con apellidos que eran y harían más tarde también tradición en nuestro país. Los hermanos Alonso Martínez -Armiño- Martínez de Hoz se casaron con miembros de familias como los Lavallol, Stegmann, Torres Agüero, Huergo y Castellanos.

María Josefa, nacida en Buenos Aires por 1833, contrajo matrimonio con don Carlos Casares, hacendado, Diputado Provincial y más tarde Gobernador de Buenos Aires.

La sucesión de Narciso Alonso incluía bienes y propiedades por 5.751.062 pesos con cuatro reales y tres cuartos, cifra casi fabulosa por aquella época (1848). El más beneficiado de sus hijos, en razón de su mayor participación en los negocios paternos, resultó José Toribio, el mayor entre los varones. Éste había nacido en Buenos Aires en 1823, y habiendo adoptado el apellido Martínez de Hoz al igual que sus hermanos, fue conocido así en adelante.

Importante hacendado, en su casa particular tuvo lugar el acto de fundación de la Sociedad Rural Argentina, el 10 de junio de 1866. Electo primer presiente de la misma, desempeñó el cargo hasta 1870.

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Arriba: En el volante, Miguel A. Martínez de Hoz en la Estancia Chapadmalal. Fue Comisionado del Partido de General Pueyrredón de Octubre de 1903 a Marzo de 1904,y luego desde el 31 el Diciembre de 1904 al 22 de Junio de 1906 Foto Archivo General de la Nación.

Levantó estancias en Cañuelas, Chapadmalal, Castelli y Lobería. De talento y fortuna para los negocios, acrecentó notablemente el capital heredado. A su muerte, ocurrida en Córdoba el 4 de febrero de 1871, el inventario de sus bienes arrojó la suma de 13.370.214 pesos. De su matrimonio con doña Josefa Fernández nacieron tres hijos: Narciso José, Antonio Juan Eduardo y Miguel Alfredo.

El menor estaba llamado a destacarse. Criador de ganado vacuno, caballar y lanar, fue el fundador del Haras Chapadmalal. Fue él quien construyó el célebre castillo que subsiste en la estancia del mismo nombre. El Jockey Club de Buenos Aires le confió su presidencia en dos oportunidades: 1916-1920 y 1924-1926

Murió en 1935. En 1891 se había casado con Doña Julia Elena de Acevedo Larrazábal, natural de Montevideo. Su hija mayor, María Julia, vinculó a la familia con la nobleza al casarse con don Luis de Salamanca y Hurtado de Saldívar, Tercer Marqués de Salamanca, Cuarto Conde del Llano, Grande de España.

Completan la sucesión Juan Alfredo y Miguel Eduardo, ambos dedicados a la actividad ganadera. José Alfredo, nacido en 1895, propietario del Haras Malal-Hue y presidente de diversas instituciones relacionadas con la cría de caballos de carrera, se casó con Carolina Cárcano, (hermana de Miguel Ángel Cárcano, que fuera Canciller durante los años 1961-1962). Uno de los hijos del matrimonio, nacido el 13 de agosto de 1925, se casa con Elvira Bullrich Lezica Alvear, y asumió varias veces la función pública, la última como Ministro de Economía de la Nación de la última dictadura. Se llama José Alfredo Martínez de Hoz. Pero, de acuerdo a la historia de su apellido, bien podría llamarse José Alfredo de Alonso Martínez. O tal vez José Alfredo Armiño.

 

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