
Elecciones 2019, Morón y la falta de votos. La elección esta polarizada. Lo sabe cualquiera. La disputa es por la construcción de realidad, sentido común, volumen político y representación. Sobre todo esto último: representación o qué sujeto político construye la política como una mayoría que hoy no existe.
(por Andresito Llinares).- Si tomamos los datos de las elecciones que van de 2011, cuando se realizaron por primera vez las PASO, a las últimas, de 2017, es evidente cómo se fue concentrando el electorado sobre dos propuestas claras, las que ahora encabezan Cambiemos y Unidad Ciudadana.
El primer dato que podemos mencionar es que en las elecciones generales del 28 de junio de 2009 se presentaron en Morón 14 listas. Y en en 2017, sólo llegaron a la General, cinco. Acá funciona el concepto. Menos partidos, alianzas o frentes y mayor concentración de electores.
Pero tenemos que analizar la línea de tiempo a partir de la inserción de las PASO que benefició la construcción de la oposición.
Veamos los resultados a partir de las fuerzas políticas que lograron representación en el Concejo Deliberante de Morón. Así vamos a entender cuántos votos «sueltos» habrá en el distrito en 2019.
Morón – Elecciones 23 de octubre de 2011
Nuevo Encuentro: 41,85% (5 concejales)
Frente para la Victoria: 19,21% (3 concejales)
Frente Amplio Progresista: 12,32% (2 concejales)
UDESO: 9,15% (2 concejales)
Resto: 17,47%
Primera observación: En esta elección no se presenta ni el PRO, se amarra a la Ciudad de Buenos Aires, ni el Frente Renovador, que hasta entonces no existía como partido político.
Pero comienzan los pliegues y repliegues de las alianzas políticas. Sigamos.
En 2011, las cuatro fuerzas con representación en el Concejo Deliberante, suman el 82,53% de los votos. Las dos primeras el 61,06%. Atención porque estos números empiezan a cambiar.
Morón – Elecciones del 27 de octubre 2013
Frente Renovador: 41,63% (6 concejales)
Nuevo Encuentro: 30,58% (4 concejales)
Frente Progresista: 15,97 (2 concejales)
Resto: 11,82%
O sea, dos años después, pasamos de cuatro fuerzas con representación en el Concejo Deliberante a tres. Y de cuatro fuerzas con el 82,53% de los votos a tres con el 88,18%. O sea menos fuerzas políticas con mayor capital electoral.
Y las dos primeras fuerzas suman que sumaron en 2011 el 61,06%, ahora reúnen el 72,21%.
Esta elección es el bautismo de fuego del Frente Renovador que gana en toda la Provincia de Buenos Aires y en Morón, obvio. Pero una consideración, todavía el PRO no salía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Elecciones 25 de octubre de 2015
Cambiemos: 42,54% (6 concejales)
Frente para la Victoria: 32,28% (4 concejales)
Frente Renovador (UNA): 16,88% (2 concejales)
Total: 91,17%
Resto: 8,3%
Acá seguimos con tres fuerzas que incluso superan la concentración de votos de todas las elecciones anteriores sumando el 91,17%. O sea, en 2015, hubo aún mayor concentración de la representación que en 2011 y 2013.
Y sólo las dos primeras fuerzas llegan al 74,82% dejando muy poco al resto de los espacios políticos.
Morón – Elecciones del 22 de octubre de 2017
Cambiemos: 47,35% (6 concejales)
Unidad Ciudadana: 31,08% (4 concejales)
Frente Renovador (1 PAIS): 10,44% (2 concejales)
Resto: 11,13%.
De nuevo tres fuerzas y una concentración de votos del 88,87%. Y las dos primeras acumulan el 78,43%, o sea, más que en 2015.
La Ley Electoral que habilitó las PASO lo que generó fue la concentración de electores a bajo costo. Digo a bajo costo porque lo que antes era una interna, que obligaba a una inversión enorme de agrupaciones partidarias, se convirtió en un gasto del Estado Nacional.
En Morón, ¿qué nos dice la línea de tiempo sobre las dos primeras fuerzas? Que escalan en la concentración de votos:
2011: 61,06%
2013: 72,21%
2015: 74,82%
2017: 78,43%
Ahora bien, ¿quién va sumando? Cambiemos. ¿De dónde? De la tercera fuerza, o sea, del Frente Renovador. ¿Quién se mantiene? Unidad Ciudadana.
Armemos un escenario malo para el oficialismo local. Lo armamos y lo colocamos como hipótesis para las elecciones 2019.
¿Qué sería un mal escenario para Cambiemos Morón en 2019? Que repita la elección de 2015. ¿Por qué sería malo? Porque Cambiemos en 2015 era oposición. No tenía nada que mostrar excepto la palabra.
¿Cómo fue la elección de 2015? En esa elección, Cambiemos saca el 42,54 % de los votos y el Frente para la Victoria el 32,28%. Entre los dos suman el 74,82%.
Si este escenario se repite en 2019, siempre pensando en un mal escenario para Cambiemos, significa que quedan libres o sueltos el 25,18% de los electores.
A ese 25,18% de votos que no pertenecen ni a la primera ni a la segunda fuerza, va a pescar el resto, principalmente el Frente Renovador.
Supongamos que el Frente Renovador no se sigue cayendo por mitades como lo bien haciendo desde 2013 y mantiene el 10,44% de la última elección, entonces quedan 14,74% de los votos libres.
Viene el FIT. ¿Se lleva el 5%? Quedan 9.74% de votos libres.
Menos blancos y nulos en un 3%.
Quedan 6,74%.
Y todavía falta saber qué hará el Frente Progresista y el Peronismo Federal.
¿Qué podemos observar? Que hay muy pocos votos «sueltos», libres o independientes.
Entonces viene la pregunta que nadie quiere hacerse, si hay sólo un 6,74% de votos libres, ¿el oficialismo está perdiendo votantes? ¿La oposición está sumando? ¿Hay una tercera fuerza en crecimiento?
Los números responden tres veces no. Es la política de representación la que tiene que pegar un cimbronazo, un salto cualitativo, o sea, ampliar la base electoral a partir de suturar una alianza que se rompió entre los sectores medios y populares y plantar un eje fundacional para que se produzca una corrimiento de electores.
Por supuesto que no es en absoluto fácil hacer esto. Ampliar la representación política es, en ocasiones, un enigma. Más aún cuando el electorado esta en busca de espacios políticos nuevos.
De ahí que las dos principales alianzas se aferren al voto duro, convencido que es un voto emocional.
Así que les dejo una línea del poeta, comunista y Premio Nobel de Literatura 1971, Pablo Neruda: «Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos».
Esa estrofa conforma el poema Puedo Escribir los Versos más Tristes esta Noche y esta incluido en el libro 20 Poemas de Amor y una Canción Desesperada.
Tiene que ver con un factor irreversible: el paso del tiempo y las nuevas formas de representación. Pensalo.
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