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Foro Interdisciplinario de Salud concentró en Farmacéuticos. Fue el sábado, a las 16:00, en el Colegio de Farmacéuticos de Morón, Hurlingham e Ituzaingó.

Abrieron la jornada Elena Pott (Presidenta del Colegio de Farmacéuticos Morón, Hurlingham e Ituzaingó) y el Lic. Santiago Muñiz (ex Director de IOMA Morón).

Y luego hablaron los médicos Andrés Burke (Secretario de Salud de Hurlingham), Alberto Panossian (Secretario de Salud del Municipio de Ituzaingó), Carlos Devani (ex Subsecretario de Servicios Asistenciales de la Nación), la Licenciada Mariela Bacigalupo (Fundación Grupo Efecto Positivo) y el farmacéutico Daniel Alvarado, Presidente de Farmacéuticos sin Frontera.

El eje fue el acceso al medicamento por parte de los sectores vulnerables y también asalariados de la sociedad.

Y es que en estos últimos ocho meses de 2018, la inflación acumuló un 24,5% y en doce meses subió a 34,1%. Estos incrementos se trasladan a los precios más el impacto de la suba del dólar ya que para producir remedios se necesitan insumos importados.

Los pacientes interrumpen tratamientos, los desocupados dejan de percibir descuentos por obra sociales y no hay otro modo de acceder sino es a través del Estado Nacional o Provincial que se encamina a un mayor ajuste.

El sábado, en el Colegio de Farmacéuticos estuvieron presentes 120 referentes y profesionales para abordar el problema que se agrava con la crisis económica.

El paciente se atiende, el médico prescribe un medicamento y por falta de dinero se corta el tratamiento.

La distribución sin barreras de remedios como objetos de consumo e un intento de desregular la actividad también afecta la salud.

Este trazo se ve claramente en la Provincia de Buenos Aires. Mientras el medicamento es cada día más difícil de pagar, el Gobierno Nacional deja que el «Proyecto Farmacity» avance en la Provincia de Buenos Aires avance.

Es un círculo vicioso que penetra gracias al concepto de «competencia». Cuanto más, mejor porque se abaratan los precios. Pero esto es falso, los precios no caen y el mercado se concentra. Y la mirada empeora si uno tiene en cuenta que se trata de medicamentos y no de artículos de consumo.

Si una cadena de farmacias irrumpe en territorio bonaerense, tiene un impacto de cuatro círculos: 1) Cierre de farmacias de barrios; 2) Quiebras y ruptura de la cadena de pagos; 3) Desempleo; y 4) Venta de medicamentos sin un profesional a cargo cuando los sectores vulnerables y sin cobertura social no pueden acceder a un médico.

Este estado de situación conlleva la lógica de la concentración a largo plazo. La cadena de farmacias va a deprimir el mercado secundario o periférico produciendo el efecto contrario, o sea, alejando del acceso de medicamentos a los sectores vulnerables.

«Se trata de una decisión política. El medicamente tiene que ver con la salud o con un negocio global», le dijo a este medio Elena Pott.

El Foro Popular de Salud se creo para reflexionar sobre un sistema de salud «justo e inclusivo». Y agregan en su carta fundacional: «Luego de dos tercios del actual mandato de Cambiemos, tanto en el Gobierno Nacional como el de algunas provincias, tenemos el deber ciudadano de denunciar y alertar acerca del deterioro de las condiciones de la salud y el bienestar de los argentinos, como inevitable consecuencia de las políticas que el oficialismo lleva adelante».

El Foro se lanzó el 9 de Julio de este año con Ginés González García a la cabeza, ex Ministro de Salud de la Nación y varios intendentes entre ellos Juan Zabaleta (Hurlingham) y Alberto Descalzo (Ituzaingó).

Lo que en Foro llaman popular, en la medicina argentina lo califican de sanitarismo. Mientras la salud actual se hiper especializa y se aleja cada vez más de las necesidades básicas de la atención primaria, el enfoque sanitarista propone abordar las enfermedades en relación al entorno socio cultural en el que se desarrollan.

El sábado, se trataron diferentes experiencias para que ningún tratamiento prescripto se frustre. Hurlingham es un caso modelo que inició el ex intendente Luis Acuña y continuó el acto, Juan Zabaleta, con fuerte rechazo a las cadenas de farmacias y el respaldo a las farmacias de barrio.

El Estado Municipal de Hurlingham produce sus propios medicamentos genéricos llamados medicamentos de «Denominación Común Internacional». E incluoso le vende a otros estados municipales del conurbano.

Esto, frente a Farmacity, significa que una vez más el negocio queda en manos de la concentración económica y la asistencia pública bajo la órbita del estado, lo que es un contrasentido y un anti plan de salud.

Esto habló el médico Andrés Burke, Secretario de Salud de Hurlingham, de la «la producción municipal de medicamentos» y la «estrategia para la cobertura universal».

En Morón, Hurlingham e Ituzaingó existen 179 farmacias de barrio y comunitarias que trazan la red sanitaria en el oeste. De las 179, un dato: 106 son unipersonales. O sea, propiedad exclusiva de un sólo profesional.

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