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(por Sebastián Zárate).- Cada 1 de febrero se cumple un nuevo aniversario de unos de los casos emblemáticos de desaparición forzada de personas: el caso de Luciano Arruga.
Estuvo desaparecido entre el 31 de enero de 2009, tras ser detenido por la Policía Bonaerense en Lomas del Mirador, Provincia de Buenos Aires, hasta el 17 de Octubre de 2014, cuando apareció muerto enterrado como NN, luego de ser atropellado por un automóvil.
El 01 de frebrero desapareció a los 16 años Luciano. El adolescente años fue visto por última vez a la 1.30 de la madrugada del 31 de enero de 2009 a pocas cuadras de su casa en el Barrio 12 de Octubre en Lomas del Mirador.
Iba a ver a su hermana, pero nunca llegó. Se presume que fue detenido en ese trayecto.
Ese mismo día, a las 03.21, un estudiante de 21 años de Monte Grande lo atropelló sobre la autopista, en la zona que divide Lomas del Mirador de Mataderos. El mismo joven avisó al SAME. Una ambulancia llevó a Luciano hasta el Hospital Santojanni, donde murió al día siguiente tras una operación. Luciano no tenía documentos y después de una autopsia fue enterrado sin nombre. Como NN.
Por su muerte se abrió una causa por homicidio culposo en el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 16. El conductor que lo atropelló fue sobreseído y fue el primer testigo en aportar su relato en la reconstrucción. Según dijo, el primero en llegar al lugar fue un motoquero. Después, un móvil de Autopistas del Sol, la empresa consecionaria, y policías de la Comisaría 42. Por último, la ambulancia del SAME.
«Me llamó la atención. Me dio impotencia ver a las ambulancias de Vittal del otro lado y que no vinieran. Le pedí al policía que los llamara y dijo que ya había avisado al SAME», advirtió el hombre. El motociclista, por su parte, trató de frenar el tránsito.
De acuerdo con los testigos, Luciano cruzó la General Paz corriendo. «Corría desesperado» y «parecía que estaba escapando», repitió el conductor. Para llegar ahí, se presume que Luciano podría haber trepado un terraplén de césped y saltado el guardarraíl, o podría haber descendido de un auto sobre la misma autopista.
«No cierra con decir que un pibe cruzó la calle y lo atropellaron. Hay que saber la verdad», había advertido Vanesa Orieta el día que se anunció el hallazgo de su cuerpo en una conferencia en el CELS. Desde un primer momento, Vanesa y su madre denunciaron que las fuerzas de seguridad estaban detrás de la desaparición.
«Conociendo los abusos de parte de muchos uniformados, temo por la vida de Luciano», testimonió su hermana, a los quince días de iniciada la búsqueda.
Tres meses antes de su desaparición, el joven había estado detenido en el destacamento de Lomas del Mirador, oportunidad en que su hermana había ido hasta esa dependencia a buscarlo. Lo escuchó gritar y supo que estaba siendo torturado. Por esa causa hay un policía detenido.
El año previo a su desaparición, Luciano también había sido retenido por averiguación de antecedentes, detenciones documentadas en la causa. «Ahí dónde los veían a los pibes del barrio, la policía los llevaba al destacamento», denunció un amigo deLuciano.
El día del accidente, un testigo declaró que lo vio dos horas antes en otro destacamento policial de Lomas del Mirador. Esa noche, uno de los patrulleros de esa dependencia no emitió registro de posicionamiento y los móviles que patrullaron salieron de la cuadrícula que les correspondía. El registro de entradas de la dependencia fue adulterado, según se desprende de la investigación.
En principio, la causa por «averiguación de paradero» de Luciano Arruga fue tramitada por las fiscales de La Matanza Roxana Castelli, Celia Cejas y el juez de Garantías N°5, Gustavo Banco. A-frontan la apertura de un juicio político por delegar la investigación en la policía, principal sospechada de la desaparición, y luego haber intervenido las líneas telefónicas de la familia, entre otras irregularidades.
En febrero de 2013 el expediente pasó al fuero federal de Morón como «desaparición forzada».
En abril de 2010, los policías Damián Sotelo, Ariel Herrera, Daniel Vázquez, Sergio Fekter, Emiliano Márquez, Néstor Díaz, Hernán Zeliz y Damián Borrego fueron apartados del destacamento por el entonces ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli. Sin embargo, en julio ya estaban reubicados en otras jurisdicciones. Después de idas y vueltas, en 2013 volvieron a pasar a disponibilidad, por la presión de los familiares de Luciano.
La identificación del cuerpo se logró luego de la aceptación del habeas corpus presentado por los abogados del CELS en abril. En tres meses Salas, en coordinación con distintos funcionarios del Estado nacional y provincial, logró identificar el cuerpo de Luciano Arruga, enterrado como NN.
Acá una excelente entrevista a su hermana:
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