El taekwondista de
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Santiago Tello tiene 32 años y es el taekwondista de Hurlingham que se consagró Campeón Formas adulto categoría V y VI Dan en Corea. 27 años de entrega y dedicación hicieron que este joven orgullo lleve la medalla de oro a su ciudad natal.

(por Aldana Farinelli).- La historia de el taekwondista de Hurlingham campeón de los Juegos Mundiales no es una historia de suerte, es un relato de compromiso y entrenamiento, tanto físico como mental, que empezó en 1996, cuando Santiago tenía tan solo 5 años.

Hoy en día, con 32, da clases en el Club Tesei, en Syrcas acrobacia, Graciela Carpintero y en el colegio San Fernando donde le transmite a decenas de chicos lo que este deporte le enseñó.

El taekwondista de

«El Taekwon-Do en mi vida significa pasión, hacer las cosas con convicción y dedicación. Me transmite muchos valores y creo que también me enseñó qué las cosas se dan a su debido tiempo. Lo elijo porque me hace feliz y es un ambiente muy sano», relató en diálogo con Diario Anticipos.

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Pero, ¿Qué se sintió alcanzar el reconocimiento máximo en este torneo?

«Una vez que conseguí el campeonato, tuve una sensación de felicidad, el esfuerzo se vio medible en un resultado. Y de agradecimiento a todos los que me acompañan», respondió el joven.

Y es que en este camino Santiago no está solo. Para los World Games de Seúl se preparó entrenando tres veces por semana la parte técnica con su Maestro Alejandro Weffling, y tres veces entrenando la parte física por su cuenta.

El taekwondista de

Mientras disfrut de su victorioa el joven ya piensa en el próximo sudamericano de Taekwon-Do que se realizará en noviembre en Mar del Plata.

Sus años de experiencia son sus aliados para manejar la presión y la autoexigencia, por lo que a quienes sueñan con conseguir un campeonato internacional, les aconseja «confiar en su maestro/a o instructor/a, ser constante en el entrenamiento, priorizar los momentos de descanso, ser determinante en el entrenamiento y dar lo mejor de uno. Y mirar hacia adentro de uno y si realmente el proceso les da felicidad, es por ahí donde tienen que continuar».

«Por más que sea una competencia internacional si uno fue a muchos torneos va a estar tranquilo. Obviamente los nervios existen, pero al momento de entrar al tatami solo queda disfrutar, confiar en lo que uno entrenó y brillar. Después si el resultado es favorable se festejará, y sino queda felicitar al rival, y saber que uno dio todo para estar ahí, sabiendo que dimos el máximo para ese momento, ya podemos estar en paz con nosotros mismos. Y eso es genial», finalizó.

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