17 años de Cromañón
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A 17 años de Cromañón, cada 30 de diciembre vuelve a abrir una herida por cada una de las 194 víctimas mortales que perdieron la vida en aquella noche del verano de 2004 cuando se incendió el local bailable de Once.

(por Aldana Farinelli).- A 17 años de Cromañón, Diario Anticipos habló con Marina Marrone, mamá de Facundo Sebastián Vázquez de Barrio Luna que se convirtió en la única víctima mortal de Hurlingham. En ese entonces Facundo tenía 21 años y muchos sueños por delante.

Marina es una de las tantas madres que cada año busca conmemorar esta fecha para no olvidar la tragedia que, producto de la corrupción, se llevó la vida de cientos de jóvenes. Desde hace 17 años la vecina lucha para que el Municipio haga una placa en recuerdo a las víctimas de Cromañón.

«En cada intendencia fui pidiendo que se haga una placa, en la Plaza de Hurlingham, la localidad en la que mi hijo vivió 21 años y 6 meses», expresó.

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17 años de Cromañón
Marina Marrone y una imagen de Facu

Facundo era músico, deportista, jugaba en Defensores de Belgrano de Caseros, le gustaba el rock nacional y había heredado de su madre la sensibilidad, el amor por el cine y por Queen.

«Yo a veces digo de mi hijo que por eso se fue. Tengo cuatro hijos, pero él era el distinto, él era como yo. Yo soy fanática de Freddie Mercury y él cuando empezó a dibujar lo primero que hizo fue dibujar a Freddie, cuando empezó a practicar la armónica, que todavía no había ido al conservatorio el primer tema fue de Freddie, cuando fue a estudiar lo primero que hizo fue aprenderse un tema de Freddie, algo increíble», recordó Marina.

La mujer afirmó que su hijo tenía un único mejor amigo, pero tras la tragedia nunca más se comunicó con ellos. Lo mismo sucedió con Silvina, la entonces novia de Facundo que acompañó a la familia el primer año después de la tragedia, pero de la que luego perdieron el rastro.

«El no tenia muchos amigos, el era una persona especial. Mi hijo era una persona que no tomaba, no fumaba, no se drogaba, él llegaba de trabajar y tomaba la leche chocolatada con vainillas, nos sentábamos ni el patio a tomar mate, sacaba por la ventana el grabador y ponía Los Redondos, Los Piojos y me hacia escuchar», relató su madre.

Al cine le gustaba a ir solo, pero llegaba y le contaba la película completa a Marina. Además, era muy selectivo con su entorno: no quería tomar, ni fumar, quería otra cosa para su vida. Su vida eran los recitales y en su adolescencia intercalaba el trabajo con las presentaciones de bandas en vivo.

17 años de Cromañón

A 17 años de Cromañón: El día que Facundo conoció a Callejeros

En una de sus tardes, Facundo había ido a Locuras de Morón a comprarse una remera y vio CDs de bandas como Los Gardelitos y La 25, pero particularmente una le llamó la atención: Callejeros.

«Le llamó la atención, le preguntó al muchacho y le dijeron que era una banda de Celina, escuchó y ¡para qué! Lo fascinó. Llegó a casa, lo primero que hizo fue hacerme escuchar, obviamente me encantó«, relató conmovida Marrone.

Desde ese día siguió a Callejeros hasta el punto de salir de trabajar y viajar a Lacroze para asistir a un recital a beneficio. «Era una locura como le gustaba la música, como le gustaba el deporte. Él había empezado a estudiar una carrera contable, pero como era mucho para estudiar, más el trabajo, las bandas, el deporte, decidió dejar», señaló su madre.

Meses antes de Cromañón, Facundo había decidido inscribirse en la carrera de Periodista Deportivo la cual empezaría a cursar el 5 de marzo de 2005. Sin embargo, no llegó.

Una tarde cualquiera, el joven había ido al cyber, pero volvió de inmediato para contarle a tu mamá una gran noticia: Callejeros tocaba el 30 de diciembre de Cromañón y saldrían a la venta 1035 entradas. Por el trabajo él no podía viajar a Once para retirarlas, pero le pidió a su madre que sacará para él y Matías, primo de Marina que hoy en día es un sobreviviente de aquella fatídica noche.

17 años de Cromañón

«Le fui a sacar la entrada para él y Matías y resultó ser que entraron 4500 personas cuando la orden oficial de la pagina eran 1035 entradas. Se comprobó que había mas de 4500 personas. Dolió mucho cuando pasó y en el momento que decían estos villeros, drogadictos, alcohólicos. Yo pienso, y mi hijo pensaba igual, no importa si es un chico drogadicto, villero, no merecía morir en esa masacre. No merecen morir», lamentó Marina.

Y continuó: «De las 194 victima fatales ni una tenia alcohol, drogas. Hay chicos que han fallecidos con estudios, como mi hijo, hay padres que son doctores, abogados, profesores, gente de mucho dinero, gente como yo que vive del trabajo, no fue justo que salieran a decir una cosa así. Todo vuelve, no podes tener maldad en el alma».

«Se dijeron tantas barbaridades, pero claro como quería tapar el Gobierno corrupto. Cuando empezó el problema de que había fuego Chabán cortó la luz, cerró con candado, según él creyendo que se iban a robar la plata, cuando él se escapó que lo encontraron en Once tenía los bolsillos repletos de toda la plata que se llevó», recordó la vecina.

«Él prefirió el dinero, cerro las puertas con candado y no podían salir los chicos, mientras bomberos trataban de hacer un agujero en la pared los chicos se morían», reiteró.

A 17 años de Cromañón: El día de la tragedia

El 30 de diciembre de 2004, Facundo tenía que salir de trabajar a las 16:00, bañarse e ir con Matías al recital, pero sus compañeros de la fabrica en la que trabajaba le dijeron de ir al St. Michael a jugar a la pelota y se demoró.

17 años de Cromañón

Matías se fue por su cuenta y la abuela de Facundo intentó convencer al joven de que se quedara en su casa. «Facu, ya es tarde, te tenés que bañar, está oscuro, hasta que llegues a Once quedate. No vayas», le pidió la mamá de Marina a lo que el contestó: «No abuela, tengo que ir».

Marrone recuerda al día de hoy que la forma en que su hijo dijo esas palabras, fue como nunca lo había oído.

Era jueves y Marina estaba cocinando, mientras sus hijos mirando televisión. Fue entonces que sonó el teléfono de línea y era su hija que estaba mirando el noticiero de América: «Ma se esta incendiando el boliche donde esta Facu».

Lucas, otro de los hermanos, tenia 18 años y junto con su madre fueron a buscar un remis. «Yo tenia una cuñada que tenia un celular y me dio para que lo lleve y cualquier cosa me avisaban si se enteraban de algo», recordó Marina.

«Llegué ahí, buscamos, teníamos un radio de dónde teníamos que ir. Nunca me hubiera imaginado que Facundo iba a estar en el Argerich, en La Boca, cosa del destino el fanático de Boca», continuó su relato.

17 años de Cromañón

Lo cierto es que Facundo había llegado tarde al recital, cuando empezó a cantar Callejeros. A los pocos instantes se encendió aquella bengala que provocaría el gran incendio en el boliche bailable.

Mientras que otros escaparon, el joven de 21 años decidió quedarse para salvar quien sabe cuantas vidas. «Muchos dicen que es un héroe. A la miércoles los héroes, se hubiera venido como un cobarde, hubiera tomado el tren y hubiera venido a casa», expresó Marina que aun recuerda cuando meses antes de la tragedia, su hijo sufrió la pérdida de su mejor amiga y le confesó: «Ma, vos sabes que yo también creo que voy a morir joven».

Cromañón tras el incendio y las zapatillas que los jóvenes perdieron en el intento por salvar su vida

«El velatorio fue algo increíble, se hizo un homenaje en la cancha de Bario Luna, han venido mas de las personas que hemos pensado», destacó Marina de los días posteriores.

Matías, su primo, es sobreviviente de Cromañón. En su caso quedó adentro del local en llamas atrapado, pero «como él se desmayó y el humo llega arriba y no al piso, entonces cuando él cayó ahí no respiró más humo. Desmayarse fue lo que lo salvó. Cuando reaccionó sentía peso arriba de él, y cuando mira, cuatro chicos vieron que se movía y lo rescataron, pero tenia muchos chicos muertos encima de él».

Facundo Vázquez falleció aquel 30 de diciembre, pero quedó inmortalizado en una canción que le compuso la banda «El Agujero» de Barrio Cartero, bajo la voz de Pedry Aveldaño.

17 años de Cromañón sin olvido

Al día de hoy aún hay marchas, ya se armó el arbolito y se pintaron nuevos murales. En su caso, Marina afirma que a veces va a Once, pero ya no llega al santuario.

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El Santuario de Once

«Ya siento que mi hijo no está y yo pienso distinto a muchos familiares. Pelear porque abran una vereda, o se haga peatonal. Yo no veo bien algo como para la memoria, que haya una peatonal» aclaró Marina aunque afirmó: «Entiendo a los padres, pelean por la corrupción, para que recuerden que eso está por la corrupción, los malos políticos, los sinvergüenzas, los asesinos, yo se que ellos luchan por ese motivo, pero yo se que esa gente no tiene escrúpulos, no los tiene, le podes hacer una calle, un santuario, a ellos no les importa nada».

«A lo que el cielo no pudo esperar», es la frase del santuario que homenajea a las 194 víctimas y que Marina logró entender hace poco tiempo.

17 años de Cromañón
Marina Marrone recuerda a su hijo

«Una como madre siempre esta pensando «si le pasa algo a mi hijo me muero», pero uno lo dice por decir, un hijo desaparece dos segundos y uno ya se preocupa, cuando pasa realmente es distinto a lo que pensabas. La vida te puede llevar a lugres terribles», reconoció Marina.

A 17 años de Cromañón.

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