En esta nota en su nuevo estudio, el abogado Cristian Callegari resume las herramientas que tiene los recién egresados a su alcance. Callegari es hombre destacado del Colegio de Abogados de Morón y de la Caja de Abogados de la Provincia de Buenos Aires Delegación Morón.
«El abogado o abogada que recién se matriculada, se tiene que acercar al Colegio de Abogados para que de alguna forma lo cobije y lo direccione hacia la profesión. Sino tiene familiares o un tutor, se le hace difícil. Nosotros no tenemos una residencia jurídica como tienen los médicos o psicólogos. Y entonces van al Colegio de Abogados y tiene los cursos de Iniciación Profesional, de Práctica Profesional, y estos dos cursos son los que más le convienen para arrancar», fue la primera frase de Cristian Callegari.

«También conoce abogados mayores que en ocasiones derivan trabajos, sobre todo de seguimiento, y puede que acceden a un ingreso que los ayude a cubrir la matrícula profesional, los gastos del estudio o los gastos operativos. En Colegio de Abogados van a encontrar las respuestas que no están en los libros», narra Cristin Callegari.

También, su hijo Francisco Callegari trabaja en el estudio que se convirtió en un refugio laboral pero a su vez familiar. Y entre los tres traccionan el estudio que de la calle 25 de Mayo en pocos años pasó a la actual ubicación.
Al ser consultado sobre sus inicios, Callegari no duda. – Fueron así. Empecé acercándome al Colegio de Abogados de Morón. Fue hace 37 años. Me recibí en el año 1989 y me inscribí en el Colegio de Abogados en el año 1990 cuándo estaba el Dr. Humberto Pedro Raponi de Presidente. Hoy es el doctor Jorge Frega. Yo empecé a meterme en los cursos de Iniciación Profesional, empecé a participara de Jóvenes Abogados, sobre todo porque yo venía de Ciudad de Buenos Aires y tenía pocas relaciones en Morón. Empecé a participar de la actividad del Colegio todo aquella época en que funcionó en la calle Bartolomé Mitre. Luego me cansé un poco de Morón. Me fui a La Matanza. Pero en poco años volví a Morón y continué la carrera institucional en el Colegio de Abogados.

Sobre llevar adelante la profesión, el abogado Cristian Callegari agrega: «Hoy se hace más difícil. El nivel de ligitiosidad es mayor, la competencia es mayor y la sociedad está inmune a muchas cosas que terminan en juicio. ¿Qué quiero decir? Cuando empecé, con una Carta Documento, se llegaba a un acuerdo a los pocos días, por ejemplo, en lo laboral. Se conciliaba mucho en el Ministerio de Trabajo. Hoy no, hay súper juicios en fuero laboral. Por otro lado, hay muchos abogados, lo que no está para nada mal. La gente necesita defenderse, pero eso aumenta la competencia.»
Y cerrar señala los desafíos actuales: – «Hay más conflictividad porque la sociedad está más arraigada al conflicto social, porque dentro del sistema prima el sálvese quién pueda, por el individualismo, porque algunas modificaciones legislativas impulsan el conflicto social y porque la sociedad se hizo más compleja. Cuando yo empecé no se trataban los temas de violencia de género, de competencia del consumidor, el divorcio recién empezaba y hoy vamos por la segunda ley de divorcio, porque los supuestos empresarios y comerciantes no cumplen con la ley como tener en blanco al personal, porque hay cuentapropismo».