El día que mataron a John Lennon de cuatro disparos a los 40 años. Fue un 8 de diciembre de 1980. El ex beatle fue asesinado por la espalda. Su ejecutor fue Mark Chapman y le disparó cuando el músico británico salía del edificio Dakota, donde vivía con su pareja, Yoko Ono. El asesino fue condenado a cadena perpetua.
El día que mataron a John Lennon de cuatro disparos a los 40 años. Mark David Chapman, quien ahora tiene 66 años cumple prisión perpetua el Wende Correctional Facility en Alden, Estado de Nueva York.
Fue el 8 de diciembre de 1980 a las 22.50 cuando John Lennon se había bajado de su limusina frente al edificio Dakota, donde vivía junto a Yoko Ono y su pequeño hijo Sean, y fue interceptado por Mark David Chapman al que había visto seis horas antes ese día cuando le firmó la copia del disco «Double Fantasy«.
En ese momento, Mark David Chapman logró contenerse. Pero de todos modos lo esperó leyendo el famoso libro «El Guardián en el Centeno» de J. D. Salinger apoyado en uno de los canteros del edificio Dakota, donde vivía el músico con su familia.
Lennon salió con Yoko Ono y Sean de 5 años, estuvo fuera seis horas y al volver, con el disco en la mano, Chapman lo encaró con decisión.
«¡Mister Lennon!», gritó Chapman. Y el famosísimo músico, antes de darse la vuelta, recibió cuatro de los cinco disparos que salieron del arma de Mark David Chapman. Fueron hechos con una pistola calibre 38 que impactaron en el hombro, tórax, pulmón y arteria subclavia izquierda de Lennon. El asesino solo le erró un tiro.
Fanático de los Beatles desde muy joven, cristiano practicante y con un fuerte instinto de culpa, Chapman destruyó sus discos el día que Lennon proclamó en una entrevista con el London Evening Standard que los cuatro de Liverpool eran “más populares que Jesucristo”.
Esto nunca lo confesó pero es una de las teorías que existen sobre los motivos inexplicables del asesinato.
El día que mataron a John Lennon de cuatro disparos a los 40 años
En su adolescencia, consumió cocaína y LSD y generaba constantes conflictos y peleas con sus compañeros de colegio. Por otro lado, Chapman aseguró en una de las tantas entrevistas que dio que entre sus 7 y sus 8 años se le aparecieron las primeras visiones de unos hombrecitos pequeños que trepaban por las paredes de los lugares a los que asistía.
El día que ejecutó a John Lennon para arrebatarle su notoriedad, y explotarla él aunque de manera altamente negativa, leía párrafos de «El Guardián entre el Centeno», el famoso libro de J. D. Salinger.
El libro narra la historia de Holden Caulfield, un joven solitario que no puede terminar de sociabilizar con la gente que lo rodea debido a su personalidad y que, en consecuencia, refleja una actitud extrema: insulta, fuma, bebe, odia el sistema y descree de las convenciones sociales.
El día que mataron a John Lennon de cuatro disparos a los 40 años
Chapman nunca intentó huir. Disfrutó cada segundo que su ídolo se arrastró hasta morir mientras el asesino leía un pasaje de su libro preferido, con el que canalizó su ansia asesina.
Cuando llegó el primer patrullero que se había dirigido hacia allí alertado por las detonaciones, uno de los policías, David Spiro, lo volteó, lo puso boca abajo en la vereda y lo esposó. La acción fue veloz y enérgica. Chapman no se resistió, sólo pidió que no lo lastimaran y que evitaran que la gente que se estaba juntando lo linchara.
Spiro le prometió que nada le pasaría. Cuando le leían los derechos, el siguió el parlamento moviendo los labios.
David Spiro le preguntó por qué había disparado contra Lennon. Y Chapman muy sereno dijo: «Tengo dos personas dentro mío. Una muy grande, importante. Y otra muy pequeña. Hasta ahora había prevalecido la primera. Pero esta noche se impuso la persona chiquita».
El día que mataron a John Lennon de cuatro disparos a los 40 años
Sin arrepentirse del crimen que lo hizo famoso, Chapman fue elegido para obtener libertad condicional desde el año 2.000, pero sus 11 intentos han sido rechazados por la Corte de Nueva York ya que se cree que podría representar un peligro para Yoko Ono y su familia, o incluso que un fanático de The Beatles podría intentar buscar «justicia por sus propias manos».
Mark David Chapman había llegado a Nueva York el 6 de diciembre de 1980. Tenía pocas cosas en su equipaje. Varios discos de los Beatles, alguno de Lennon, su ejemplar ya herido de «El Guardian entre el Centeno» y un 38.
Antes de matar a John Lennon, Mark David Chapman se cruzó con el actor Robert Goulet y le pidió una foto. También vio al músico James Taylor por la calle. Se interpuso en su camino, lo saludó e intentó entablar una conversación. Pero el músico notó que Chapman transpiraba intensamente y lo miraba con los ojos perdidos. Por lo tanto no estaba bien y apuró el paso. Chapman le preguntó si podía contactarlo con John Lennon, que tenía algo para darle. Taylor no respondió.
Se alojó en un hostel de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA) y al día siguiente se mudó al Sheraton de Nueva York.
Y un día después mató a John Lennon. La causa no revestía demasiada complejidad. El problema era la imputabilidad o no de Chapman. Pero los abogados defensores no utilizaron ese recurso por más que los peritos judiciales insistieran que padecía trastornos mentales.
Chapman se declaró culpable y el juez le impuso una condena de al menos veinte años que podía convertirse en perpetua.
Una de las evidencias en la escena del crimen fue el álbum Double Fantasy firmado por John Lennon que recién había salido a la venta. El asesino lo había dejado apoyado en un cantero. Un peatón lo encontró y se lo entregó a la policía. Cuando se cerró la causa el fiscal de Nueva York le devolvió el álbum a quien lo había encontrado con una carta de agradecimiento. En 1999 lo subastó y obtuvo 150.000 dólares. Los siguientes dueños lo volvieron a subastar y su valor se multiplicó con cada remate. El año pasado fue comprado por 2 millones de dólares.
El día que mataron a John Lennon de cuatro disparos a los 40 años.
Al momento del asesinato, el 8 de diciembre de 1980, Mark David Chapman estaba casado con Gloria Abe quien se enteró de lo ocurrido mediante un flash informativo de la televisión de Honolulu, capital de Hawái, en donde residían.
Mark David Chapman y Gloria Abe se habían casado en 1979. Ella trabajaba en una agencia de viajes y conoció a Mark David cuando fue a comprar un pasaje para un viaje a Asia. Al regreso de la travesía empezaron a salir. Apenas se casaron empezaron los problemas más graves. A él lo echaron del hospital en el que trabajaba. Luego duró menos de tres meses como guardia de seguridad. Se supo después que el día que renunció, a mediados de octubre de 1980, en cada papel en que se requería su firma, él escribió John Lennon. Tenía problemas con el alcohol y había abandonado las visitas a su psiquiatra. También se ponía violento con su mujer: en varias ocasiones le pegó. Mientras tanto las obsesiones lo iban ganado. John Lennon y Holden Caufield. Le dijo a Gloria que iba a asesinar a Lennon, que se lo merecía, creando otra versión sobre los motivos del asesinato.
A pesar de que su marido era un asesino, y no cualquiera, Gloria no lo abandonó. Cuando le preguntaron cómo podía seguir casada con el hombre que había matado a John Lennon, ella respondió que sus votos matrimoniales, como los de todos, incluían la fórmula “en las buenas y en las malas”.
En 2021, Mark Chapman fue trasladado de cárcel. Lo enviaron al Wende Correctional en Alden en el estado de Nueva York. Gloria Chapman (utiliza su apellido de casada y abandonó el Abe paterno) se mudó de ciudad y se instaló cerca de la prisión para poder visitar a su marido. Ella es la que organiza los pedidos sistemáticos de libertad condicional cada dos años. Y pese a los rechazos no pierde la esperanza. La pareja tiene permitido 44 horas al año para consumar las vistas íntimas.
La tercera versión sobre el asesinato señala que Chapman dijo que le molestaba la fortuna de Lennon y eso lo convertía en un fraude. Había leído en biografía todas las propiedades y riquezas que John Lennon tenía y odiaba eso.
Con esta tercera versión, todo indica que según el estado de ánimo, Chapman cambia la versión sobre los motivos que lo llevaron a matar a Lennon.
Recién en una de las últimas audiencias para obtener la libertad condicional dijo que lo había hecho para ganar notoriedad, para que la gente lo vieran, para buscar la gloria personal. Una década antes había dicho que a Lennon le tocó de casualidad, como le podía haber tocado a otro.
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