Rematan una casona histórica de Morón llena de secretos para demoler

Rematan una casona histórica de Morón llena de secretos para demoler. Entre los objetos de mayor valor, pasó por la casona el Packard que Evita utilizó en su último viaje.

Rematan una casona histórica de Morón llena de secretos para demoler. La propiedad perteneció durante años Héctor Mendizábal, un restaurador, coleccionista y vendedor de autos antiguos de lujo que extendió su actividad hasta la década del ’80, cuándo finalmente quebró. Y luego de tres décadas de juicios de acreedores y sucesores, la hermosa casona lamentablemente será rematada para demolerla.

En abril de 2021 se hizo la primera compulsa electrónica, pero no hubo oferentes y fracasó. Por lo cual, la casa ubicada en Abel Costa 770 por ahora sigue en pie mirando al Río de la Plata.

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Rematan una casona histórica de Morón llena de secretos para demoler
El flyer que editó la Inmobiliaria Emiliozzi para el remate electrónico

La casona aunque no se pueda creer tiene el acceso por Abel Costa 770, o sea, mirando en dirección a Luján, pero está construida en su totalidad mirando el oeste, o sea, al Río de la Plata, contradiciendo los dos siglos de urbanización que existen en el Área Metropolitana que le de la espalda al agua. Este es uno de los secretos.

Rematan una casona histórica de Morón llena de secretos para demoler
El frente de la casona de Héctor Mendizábal mirando al oeste

La casona tiene dos plantes sobre un lote de 1.750 metros cuadrados y 50 metros de frente con salida a la calle Julián Pérez. Dentro del predio hay un galpón de 300 metros donde Héctor Mendizábal guardaba los autos antiguos. Y en la década del ’50 fue un asilo para niños y niñas con poliomielitis.

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Otra toma del frente de la casona mirando al Oeste

Como las causas contra las empresas de Héctor Mendizábal llegaron a la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires, fue justamente ese Poder Provincial el que llamó a remate. Sin embargo no hubo ofertas del lote que en su frente dice 2.401 metros cuadrados, ubicado en el casco histórico de Morón.

La contradicción sobre la superficie surge de la sumatoria entre el lote y el galpón.

(Hacé click si querés agrandar las imágenes)

Rematan una casona histórica de Morón llena de secretos para demoler

El Packard Super Eight Derham Phaeton que utilizó Evita utilizó estuvo en Yatay 770

En la casona de Yatay 770 llegó a estar el Packard Super Eight Derham Phaeton de 1939 que utilizó Eva Perón en su último viaje por las calles de Buenos Aires.

Packard Super Eight Derham Phaeton que usó Eva Perón
Packard Super Eight Derham Phaeton que usó Eva Perón

Obviamente el descapotable que perteneció a la Presidencia de la Nación argentina, es una pieza única y de colección que llegó a venderse en 165 mil dólares a través de la firma de remates online Mecum el sábado 18 de julio de 2020.

Detalle del Packard Super Eight Derham Phaeton
Detalle del Packard Super Eight Derham Phaeton

El 4 de junio de 1952Juan Domingo Perón asumió su segundo mandato como Presidente argentino. Esa fecha también fue recordada como la última aparición en público de Eva Duarte, quien falleciera poco después: el 26 de julio.

Las fotos y filmaciones de la época muestran a Perón y Eva desfilando por la Avenida de Mayo en Buenos Aires, de pie en un gran auto descapotable. Ese auto era el Packard Super Eight Derham Phaeton.

El Packard Super Eight Derham Phaeton a lo largo
El Packard Super Eight Derham Phaeton a lo largo

Fue fabricado en Estados Unidos a pedido del Estado argentino y en 1939 lo estrenó el entonces presidente Roberto María Ortiz. El auto formó parte de la flota presidencial hasta septiembre de 1955, cuando el golpe militar que derrocó a Juan Domingo Perón, ordenó destruir y esconder todos los bienes que recordaran a su gobierno.

Packard Super Eight Derham Phaeton de Frente
Packard Super Eight Derham Phaeton de frente

La historia cuenta que el coleccionista Héctor Mendizábal compró el Packard Super Eight Derham Phaeton en un criadero de chanchos cerca de la ciudad de Mendoza en 1976, donde estaba guardado a pedido de Sam Sherman, un coleccionista que vivía en Nueva York.

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Sherman era un conocido coleccionista que publicaba sus anuncios de compra de auto clásicos en la revista Corsa y en la década de los años setenta exportaba autos por lotes desde Argentina a Estados Unidos. Y Héctor Mendizábal era su más fuerte competidor. Buscaba «tesoros» para exportar.

Sam Sherman se conecta con Héctor Mendizábal para comprarlo pero no consiguió el permiso de exportación. Sin embargo, meses después, lo obtiene el argentino Héctor Mendizábal y lo exporta a Estados Unidos, Nebraska, a finales de 1977, tras las adquisición de Herman Zalud.

Packard Super Eight Derham Phaeton y Eva Perón
Packard Super Eight Derham Phaeton y Eva Perón

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La loca historia del mural de David Alfaro Siqueiros

El devenir de Héctor Mendizábal (ya fallecido), fue del típico buscador de oportunidades y «tesoros». Así como encontró el Packard Super Eight Derham Phaeton de 1939, un día llegó a sus oídos que está a la venta la quinta del millonario Natalio Botana en Don Torcuato a un precio ridículo ya que estaba deteriorada pero en el sótano, aún existía una obra de arte invaluable.

Natalio Botana Director del Diario Crítica
Natalio Botana Director del Diario Crítica

Natalio Botana guardaba una obra artística en el sótano de la quinta «Los Granados»: un mural del reconocido y afamado artista plástico mexicano David Alfaro Siqueiros denominado «Ejercicio Plástico».

El muralista méxicano David Alfaro Siqueiros
El muralista mexicano David Alfaro Siqueiros

David Alfaro Siqueiros era entonces uno de los tres muralistas más reconocidos de México con proyección internacional (los otros dos eran Diego Rivera y José Clemente Orozco). Y Botana, para 1933, era un empresario que había hecho fortuna con su periódico Crítica. Ambos exiliados, David Alfaro Siqueiros de México, llega a la Argentina para dar una serie de exposición, y conoce al uruguayo Natalio Botana.

Botana, primero, le pide columnas de crítica de arte para su diario. Y luego le encarga un mural en su quinta «Los Granados» que se llamará «Ejercicio Plástico». Y lo pinta en el sótano, en el reducto de Natalio Botana y sus amigos. Y David Alfaro Siqueiros pinta un mural de 200 metros cuadrados con la colaboración de Lino Enea Spilimbergo, Sergio Berni, Juan Carlos Castagnino y el escenógrafo uruguayo Enrique Lázaro.

El Mural pintado por David Alfaro Siqueiros llamado Ejercicio Plástico
El Mural pintado por David Alfaro Siqueiros llamado Ejercicio Plástico

El empresario periodístico Natalio Botana muere el 5 de agosto de 1941 en u un accidente automovilístico en la Provincia de Jujuy. Y falleció en la capital provincial después de dos días de agonía. Ese mismo años, su quinta «Los Granados» comienza a pasar de mano en mano. Y el mural sufre daños: alguien lo atacó con ácido, otros intentaron taparlo con nuevas pinturas.

En 1962 Juan Carlos Castagnino lo restauró. Más tarde la quinta quedó deshabitada y durante este período hubo quien cocinó en el sótano incluso el barro y la humedad impactaron contra el muro.

Pero Héctor Mendizábal supo dos cosas: que la quinta «Los Granados» estaba deteriorada y su valor era bajo ya que no tenía el cuenta el mural de David Alfaro Siqueiros, lo consideraba irrecuperable. Pero el coleccionista de autos se aseguró que no era así y también que el desarrollo de exposiciones por museos del mundo sería un negocio excesivamente lucrativo.

Así que se conecta con Miguel Frías, especializado en conseguir inversores, y con su socio, Julio Herrero Anzorena y planean la financiación de la compra de la «Los Granados» para luego extraer el mural y realizar las exposiciones itinerantes en los museos del mundo.

En 1989 sacar el mural tenía un costo de un millón y medio de dólares. Pero Miguel Frías de todos modos consiguió la financiación y comenzaron los trabajos. La suerte no los acompañó. Héctor Mendizábal, Miguel Frías y Julio Herrero Anzorena caen junto al país en la primera gran crisis económica con híper inflación y corrida del dólar ocurrida justo ese mismo año.

Al año siguiente, Héctor Mendizábal se queda sin plata, ni prestamistas, ni inversores, mientras el mural continúa en el sótano de la quinta Los Granados. Hasta que pasan dos años y logran sacarlo.

Pero un año más tarde se recupera y los ingenieros Tomás del Carril y Jorge Fontán Balestra desmontaron la obra junto al restaurador mexicano Manuel Serrano. Y la casa de Botana fue demolida totalmente hasta dejar las paredes exteriores del sótano. Esas paredes fueron seccionadas en seis partes que tienen apenas un centímetro de espesor, mediante un cuidadoso trabajo de ingeniería estructural.

Sin embargo empieza el litigio por la propiedad y para 1994, cuatro de los cinco contenedores están a la intemperie en el playón de la empresa Grúas Don Bosco, en San Justo, por un juicio interminable entre acreedores. Mientras, sin que alguien supiera por qué, el quinto contenedor está en Marcos Paz en manos de Héctor Mendizábal, uno de los involucrados en el juicio por la propiedad del mural.

Pero no hay legislación clara sobre el tema, así que las autoridades trabajan apelando al consenso de todas las partes enfrentadas. La obra iba a ser inspeccionada por expertos de la Comisión Nacional de Monumentos Históricos en el mes de marzo. Pero la empresa Dencanor S.A. de Héctor Mendizábal que se adjudica la propiedad de la obra, recusa al juez nacional en lo comercial Juan Manuel Gutiérrez Cabello y todo vuelve a punto cero.

Para la Comisión Nacional de Monumentos Históricos la inspección de la obra es clave para poder evaluar sus posibilidades de restauración y declararla Bien Artístico. Eso hubiera significado entonces la misma protección que tiene un monumento.

Pero la obra, que fue valuada en 3.000.000 de dólares por el Banco Ciudad y el Estado no tiene plata para comprarla, Héctor Mendizábal, ni ninguno de los inversores quiere soltarla.

Pese a esto, la Constitución Nacional prevé que no se destruya y por eso la Comisión Nacional de Monumentos Históricos insiste en su reclamo de inspeccionarla y declararla Bien Artístico mientras el estado la tiene en custodia haciendose cargo del montaje, cuidado y pago de seguros, mientras el juicio por la propiedad se reinicia.

¿Qué fue lo que pasó? Héctor Mendizábal planeaba exhibir Ejercicio Plástico en gira mundial, pero quebró y eso desató un juicio increíble, con 26 acreedores y demandas.

Para esquivar el litigio y mantener el mural en condiciones, diez años después, en 2001, se mete en la compulsa el Gobierno Nacional de Fernando de La Rúa. Ese año, las autoridades de la Secretaría de Cultura de la Nación confirmaron que para cuidar «Ejercicio Plástico» de David Alfaro Siqueiros, fragmentada en 5 contenedores, 4 guardados en un depósito en San Justo, y uno en Marcos Paz, le pedirán a la Justicia que se exhiba en el Museo de Arte Latinoamericano del empresario Eduardo Costantini.

Pero meses después, en diciembre de 2001, se instala el llamado «Corralito» y se produce la segunda gran mega crisis económica en Argentina en 2002. Los ahorristas pierden sus reservas y el Gobierno Nacional, meses después cae con la renuncia del Presidente Fernando De La Rúa.

En noviembre de 2003, el Decreto N° 1045/03 del Poder Ejecutivo Nacional ordenó la recuperación de «Ejercicio Plástico», aunque su compleja situación judicial seguió sin resolverse hasta el 2008.

Recién en el 2009, el Gobierno Nacional rescató el mural del depósito de San Justo donde quedó olvidado 17 años y se pudo iniciar su restauración. Fue trasladado a un lugar especialmente acondicionado en la Aduana Taylor – la antigua aduana porteña del siglo XIX que está bajo la Plaza Colón – con el fin de revalorizar este edificio y el Museo de la Casa Rosada.

La restauración de la obra fue realizada también con el aporte de empresas privadas y la colaboración del gobierno de México e instituciones culturales.

Y finalmente se inaugurarla en 2010 en el marco de los festejos por el bicentenario del comienzo de las luchas independentistas argentinas, y termina en el Museo del Bicentenario.

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Historia de la obra que compró el vecino de Morón

En 1933, David Alfaro Siqueiros realiza el famoso mural «Ejercicio Plástico» en el sótano de la quinta «Los Granados» de Natalio Botana. Cuando en 1941, Botana fallece, la propiedad pasará por distintos dueños y el mural iniciará un largo camino judicial.

David Alfaro Siqueiros, comunista disidente y exiliado de su país, en 1933 llega a Buenos Aires invitado por Victoria Ocampo para que dé una serie de conferencias en la «Asociación Amigos del Arte», las que luego fueron suspendidas por una cuestión ideológica ya que apoyaban al arte revolucionario de la época.

Su objetivo era llevar el arte a la calle, «vamos a producir arte en los muros más visibles», decía, y sus temáticas giraban alrededor del arte precolombino, de la lucha del proletariado y de la liberación humana.

Siqueiros pinta esta la obra «Ejercicio Plástico» en la quinta «Los Granados» de Natalio Botana con la colaboración de Antonio Berni, Carlos Castagnino, Lino Spilimbergo (que luego formarían parte del equipo que realizó los murales de la Galería Pacífico) y el escenógrafo uruguayo Enrique Lázaro.

Según la leyenda ya que no hay prueba alguna, la mujer representada desnuda en el mural de «Los Granados» era Blanca Luz Brum, esposa de Botana de la que se había enamorado Siqueiros.

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Blanca Luz Brum

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