Carnavales en el oeste del conurbano

Carnavales en el oeste del conurbano: El Gran Morón. En este extracto del artículo publicado por la Revista del Instituto Histórico Morón, de Claudia Alicia Visconti, narra la historia.

Carnavales en el oeste del conurbano: El Gran Morón, títula Visconti, y luego agrega:«Orígenes del carnaval como celebración popular». Y cuenta qué expresaban estas fiestas y como llegaron a nuestras tierras.

«Este tipo de celebración cultural y popular fue traída por los conquistadores europeos a América, sufriendo ciertas mutaciones, producto del sincretismo que se desarrolló en cada región».

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(Foto: Festejo de Carnaval en el Club Español de Villa Sarmiento)

Acá el extracto:

Hacia fines del siglo XIX comenzaron a realizarse bailes de carnaval en algunas viviendas particulares, y en las primeras décadas del siglo XX, con el acentuado protagonismo que adquirieron los clubes y la aparición de sociedades de fomento barriales, fueron dichas instituciones las encargadas de organizar los bailes y los preparativos de carrozas o murgas.

Acá empiezan los testimonios recogidos por Visconti.

Precisamente en Morón -cuenta-, los corsos fueron una ocasión de encuentro popular entre los diferentes grupos sociales que integraban la sociedad local.

Desde principios del siglo XX, los preparativos eran encargados a una comisión que se formaba para organizar dicho evento.

«El carnaval moronense, con su corso de flores, era uno de los más populares. Y congregaba a todos los sectores sociales de la localidad y a visitantes de los partidos vecinos y de la Capital (…)».

«Cada club y asociación local disponía de un palco para sus socios en algún punto de su recorrido. Había guerra de agua y serpentinas y los más jóvenes se disfrazaban (…)».

«Todos los años el Municipio nombraba una Comisión de Fiestas de Carnaval, conformada por vecinos respetables del pueblo, que se hacía cargo de la iluminación, la ornamentación y la música. Y podían participar automóviles, carruajes particulares o de alquiler y carros de caballos adornados, que abonaban un permiso a la Comuna.»

Pueden encontrarse documentos escritos que testimonian estas características.

En el periódico local El Imparcial de 1941, una noticia titulada «Fiesta de Carnaval», explica: 

«Con marcada actividad se vienen realizando los trabajos de ornamentación de las calles que recorrerá el corso durante los próximos días de carnaval, adelantándose que estos festejos se verán muy animados y concurridos».

«En las calles que circundan la plaza Adolfo Alsina (hoy Plaza General San Martín) se colocará un centenar de palcos que serán alquilados al público al precio de $10 los grandes y $5 los chicos (…).»

Carnavales en el oeste del conurbano

Asimismo, en otra nota de opinión del mismo diario aparecida en 1943, Alfredo Omar titula «El Corso de mi Barrio», allí narra algunos rasgos del lugar:

«Cada comarca en la tierra, tiene su rasgo prominente y mi barrio tiene corso (…). Mi barrio es pintoresco como todos los barrios (…). Hay una comisión organizadora que recauda fondos para la luz, palcos y adornos (…). La murga apareció (…) y el corso marcha (…) los saca de la realidad una pelota de serpentinas (…). Hay quienes al paso de los coches, tiran triguillo, arrocillo, maíz».

Carnavales en el oeste del conurbano: El Gran Morón

Haedo

En la ciudad de Haedo cuentan los vecinos que el corso se realizaba sobre la Avenida Rivadavia, según una vecina nacida hace 80 años en la zona «se cortaba Rivadavia, se iluminaba bien y desfilaban hermosas carrozas, también se daban premios para las mejores carrozas y disfraces (…). luego del corso se hacía el baile en el Club del Plata (hoy Brisas), del cual mi padre fue uno de los socios fundadores, era todo muy divertido (…).» 

Carnaval Club Sportivo de Haedo 1958
Carnaval Club Sportivo de Haedo 1958

Castelar

El entusiasmo por los carnavales puede encontrarse en el periódico local La voz de Castelar, donde se anuncian noticias como «El Carnaval fue Festejado con Animación en 6 de Setiembre» (N. de R.: triste nombre con el que se bautizó brevemente Morón).

La nota expresa: «En Castelar los distintos clubs deportivos organizaron sendos bailes de disfraz atrayendo numerosa concurrencia (…). El apoyo prestado por la Municipalidad para darle a las fiestas su tradicional brillo, organizando los corsos oficiales con sus luces multicolores, ha contribuido al éxito logrado y a la gran concurrencia que fue dable observar en calles y veredas, con vehículos engalanados y máscaras animosas, donde el buen humor se dio mano con el orden y el respeto, demostrando un nivel de cultura de la 14 población digno de destacar.»

Luego, la historiadora Visconti reflexiona:

«Ser parte de estos eventos populares era ser parte del barrio, era ser parte de la ciudad, y por lo tanto, esa identificación promovía aun más la solidaridad, el acompañamiento y la colaboración en la satisfacción que provocaba compartir semejantes festejos. Por ello, no solamente la originalidad y el desparpajo de las murgas con sus cánticos de denuncia y humor, sino también los lujosos o coloridos disfraces fueron parte de un encuentro que implicaba un profundo sentido cultural».

Y agrega sobre los Carnavales en el oeste del conurbano: «Los grupos murgueros reemplazaron poco a poco a las comparsas, con sus ritmos y danzas entretenían a la audiencia pero también la informaban sobre diversos asuntos locales desde la sátira y la ironía.» 

En Ituzaingó, por ejemplo, encontramos en el periódico La voz de Castelar, con fecha de febrero de 1962, un anuncio que expresa: «Diviertase – Carnaval Orienal en Ituzaingó – 6 Grandes Bailes – Días 3, 4, 5, 6, 10 y 11 de Marzo – Club Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó – Pirán 450 19 – Ituzaingó».

Asimismo, en la gran sala del Cine Italia Una en Morón durante muchos años se organizaron bailes durante los días de carnaval, así lo testimonian numerosas 20 publicidades en el diario local El Imparcial.

Carnavales en el oeste del conurbano: El Gran Morón: Conclusión

Y cierra con una reflexión que une democracia con carnaval: 

«(…) hubo un cambio profundo en el modo de vida urbano, que se advierte con la dictadura del ’66 y mucho más fuertemente con la última dictadura militar (1976-83), ambas provocaron un repliegue de la vida pública hacia la vida privada».

Acá, les dejamos algunas fotos de la época de los Carnavales en el oeste del conurbano.

La autora, también es profesora en Historia, Técnica Superior en Periodismo y Licenciada en Comunicación Social, cuenta cómo se iniciaron los carnavales en el conurbano.

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